El progreso, la democracia y los sueños que prometía el actual sistema "se han desplomado y hay que inventarse otros"
Laura Restrepo habla en Hot Sur de héroes forzosos en un sistema desplomado/lainformacion.com |
Tras ellos andan
los personajes de Hot Sur, la nueva novela de la colombiana Laura Restrepo, una historia de inmigración al paraíso estadounidense pero
extrapolable hoy a cualquier rincón.A pesar de la crudeza y del drama ineludible que implica la búsqueda
de un futuro mejor en tierra ajena, la autora no se regodea en él, sino
que lo enfoca desde "el reto, la aventura y el valor" que ello
conlleva", explica en una entrevista.
"Los protagonistas de
esta historia son víctimas pero no se dejan derrotar, son invencibles",
afirma, aunque matiza, son "héroes cantinflescos, porque su aventura
está llena de malentendidos y pasos en falso". De ahí que esta historia
radical, publicada desde el 26 de marzo por Planeta, arranque más de una
sonrisa al lector.
Personajes que encabeza María Paz, joven
latina que, como su madre años antes, alcanza su objetivo de marcharse a
Estados Unidos, la tierra de los sueños y las oportunidades.
"Una
mujer del montón y sin grandes pretensiones", la describe su autora,
pero que paso a paso, "como una hormiguita", va consiguiendo lo que se
propone y se enfrenta a retos tan imposibles como escapar de una prisión
de alta seguridad.
Sus aspiraciones y "sueños hollywoodienses" no
tardan en derivar en decepción, al darse de bruces con una realidad que
mira al Sur con recelo. La "contracara del sueño", apunta Restrepo.
"La
vida ya no está garantizada en ningún sitio, y el capitalismo ya no es
sinónimo de progreso o democracia. Algo que ya no afecta al sector con
menos recursos, como hace unas décadas, sino a millones de personas. El
sedentarismo era un espejismo que cada vez se pone más en duda".
Y
si un sistema ya no es capaz de cumplir lo que prometía, tampoco lo es
el país que por excelencia lo simboliza: Estados Unidos. "Lo crearon
ellos y se ha desplomado, no lo han hecho tan bien como creían y no
quieren abrir los ojos", apunta la ganadora del premio Alfaguara por
"Delirio".
Un rechazo que va más allá, que se extiende a todo lo
que desprende aroma a extranjero. Este hermetismo ha generado, explica
Restrepo, la creación de un "universo clandestino e indocumentado" que,
sin embargo, "está regularizado".
Esto es llevado a su extremo,
aunque con base "real", en un pasaje de la novela en el que se prohíbe
el uso del español a las reclusas de Manninpox, cárcel del condado de
Ulster donde la protagonista permanece encerrada por un crimen que no
cometió.
Un
español que es "un océano revuelto, que viene de todas partes y
quebrado de inglés", que fluye por las páginas del libro, y que se
convierte en el objeto más preciado de las reclusas, en algo que
defender a muerte, como símbolo de una identidad que les quieren
arrebatar.
"En este sentido hay un juego permanente en la novela.
Evito escribir directamente, lo hacen los propios personajes, a través
de diarios, notas o entrevistas. Escribir sobre lo escrito, para que el
lector se ponga en la voz del personaje sin pasar por mi".
De esta
forma, forjan su identidad y "forman parte de un proceso colectivo
porque no viven su tragedia en soledad. Si dejas testimonio de lo
vivido, cobra más sentido. Por eso escribo yo", añade.
En "Hot
Sur" no faltan la violencia, el crimen y el misterio. Ingredientes que
materializa uno de los personajes, Sleepy Joe, cuya obsesión mística
lleva a practicar ritos ultrarreligiosos y sexuales con los que destroza
a sus víctimas.
"Tiene que ver con la limpieza y sus
connotaciones étnicas y sexuales. Y él está interesado en depurar la
realidad y su entorno, pero lo lleva hasta el límite".
Con este
personaje, Restrepo rinde su particular tributo a los asesinos en serie,
convertidos en "símbolos de la humanidad", porque "estando tan presente
en el momento actual el sentimiento de que todo va a acabarse, ellos se
anticipan, son profetas del fin, y eso les da fuerza", concluye.