viernes, 26 de abril de 2013

Presentación del libro “Memorial del Árbol”

Poesía de la A a la Z

Biblored en la FILBO 2013

 
LA NOCHE
ha llegado, por fin,
              a su estado más sólido. 
Intentamos descifrar
                      una palabra
y sin embargo,
todo lo ha ofrendado
                           la herrumbre
de las cosas.
La escritura pende
del hilo de sangre de la tierra:
sílaba de viento,
luz aniquilada.
Ahora,
ya nada puede condenarnos.
El ángel negro de la isla de kampa
Nadie lo vio entrar en su casa. Era una fría noche de Praga, era un poema tirado a la alacena.
Al principio, con el orgullo herido y las polillas sacudiéndole los trajes, se acostumbró a vivir con la noche colgando de su espalda.
Decidió el encierro porque los hombres sencillos mueren solos.
Con la pupila altamente dilatada, Vladimír Holan, entendió que las sombras viajan empedradas de palabras. La piedra oscura había regresado cargada de frutos.
En aquella casa había tanto ruido, tanta miga de pan en las esquinas.
Se dice que la luz de la ventana duraba encendida toda la noche, en el resplandor de la vela se diseminaba el diálogo del mundo.
La claridad no se hacía esperar. Nadie y todo había en él. La campana detenida por el lápiz, Hamlet conversando con las ruinas del espejo, la muerte escondida en las catedrales.
Pero los años no pasan en vano. En la pesada puerta crecía un caballo atado con alambres.
En el instante en que la voz del ángel deshizo los colores de las cosas, cuando la tierra de los cementerios colmó de cicatrices las estancias, pronunció estas palabras:
"Kateřina ha muerto. Hoy no ha venido nadie a preguntar. La casa ha ocultado, al fin, todos sus ruidos."
Memorial del árbol
Nos susurra el viento su nostalgia de nieves
y el copetón tañe su silabario de alas.
Qué silencio es mi corteza,
y mis raíces
tejiendo la sangre de un sueño.
Hay en las rocas una sed de tormenta.
De mis brazos cayó la hoja
con la que un hombre descalzo
cubrió su sombra.
Se ha roto las muñecas golpeando mi silencio.
Mi inconmovible reposo le ha dejado
una herida imposible abierta al crepúsculo.
Ráfagas de orquídeas a las orillas del lago
expanden la soledad del abejorro.
Dos niños olfatean una bolsa de huesos.
Un bramido,
es una piedra que expira en el agua.
"El jurado subraya que en el libro galardonado sobresale la levedad de sus versos que suelen dar en el blanco, haciendo que sus poemas parezcan pájaros en exacto vuelo. Sugerentes, personales, emocionan tanto los poemas subjetivos como los objetivos, entre estos últimos, los dedicados a poetas desdichados como Paul Celan, Georg Trakl, Jean Arp, Vladimír Holan y Edgar Allan Poe"
Henry Alexander Gómez
Bogotá (1982). Estudió Licenciatura en Ciencias Sociales en la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Gestor cultural, es fundador y director del Festival de Poesía y Narrativa "Ojo en la tinta". Su libro, Memorial del árbol (2013), fue premiado en el IV Concurso Nacional de Poesía Obra Inédita. Accésits del Concurso Nacional de Poesía "Si los leones pudieran hablar" (2008), Casa de Poesía Silva. Sus poemas aparecen en los libros Piedras en el trópico (2011) y Raíces del viento (2011). Actualmente se desempeña como promotor de lectura y escritura en la Red Capital de Bibliotecas Públicas de Bogotá–BibloRed y hace parte del colectivo literario y del comité editorial de la Revista Latinoamericana de Poesía La Raíz Invertida www.laraizinvertida.com