El acento caleño es muy singular. No se dice “pan” sino “pam” y la “j”
reemplaza a la “s” en palabras como “Ejo” (eso) o el ya tradicional
“Vojabés” (vos sabés)
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Lingüista caleña
Ana María Díaz Collazos, explica el voseo regional de ciudades colombianas./elpais.com.co |
El caleño suaviza las consonantes, nasaliza las consonantes y les
imprime ese ritmo pausado, y esa sonoridad cantarina que suena a la
alegría y el desenfado del Pacífico.
En
España desapareció el voseo en el Siglo XVIII, pero en Cali se preservó
y hoy es una de las regiones de América donde se conserva el “vos”, que
tiene un origen muy antiguo.
Así lo afirma la lingüista caleña
Ana María Díaz Collazos, una autoridad en la materia, quien ha dedicado
su vida a investigar fenómenos como el “voseo”. Es ella quien explica
que el acento caleño está emparentado con el andaluz.
Licenciada
en literatura de Univalle, Magíster en Literatura Hispánica del
Instituto Caro y Cuervo, Doctora en Lingüística Hispánica de la
Universidad de Florida y becada por la National Science Foundation de
Estados Unidos, sabe de lo que habla.
Hace unos años, Ana María
publicó en las páginas de El País un artículo que resultó ser un
clásico, donde explica las claves del “Caleñol”.
Por
eso ahora, que está de visita en la ciudad, decidimos hablar de nuevo
con ella para llevar a nuestros lectores algunos de los aprendizajes que
ha hecho en sus más recientes años de investigación sobre voseo,
tuteo, usteo y demás rasgos de nuestra habla. Esto nos dijo, ve.
¿De dónde salió, además de Andalucía, el acento caleño?
Cali
creció y se fundó con una fuerte influencia de los dialectos de Buga,
Palmira y otros migrantes de clase alta, pero rural. El “mirá, ve” viene
del “mirad, ved” español. Esa “D” final desapareció en el siglo XIX.
Cuando uno lee documentos del Siglo XVIII aún se encuentran registros
del “mirad” y el “traedme”, con la “D” original.
El voseo no es exclusivo del Valle...
No.
Se habla de “vos” en Cauca, Nariño, Antioquia, Quindio, Risaralda; en
un pueblo de Valledupar llamado San Diego y hasta en Ocaña, Santander,
que son “islas” de voseo. Estas zonas fueron, por mucho tiempo, de
difícil acceso geográfico y en parte por eso el voseo se preservó.
¿Y en otros países de América?
En
Argentina se vosea también, pues hasta el Siglo XVIII era un territorio
muy apartado del resto de América. En Chile, el voseo tuvo una
modificación muy particular, ellos dicen “vos querí”, “vos estabai”,
“vos queriai”, le quitaron la “S” final al “quereis” “estábais” y
“queríais” de los españoles. En Uruguay se dice “tú querés”, que tiene
el mismo sistema morfológico del voseo pero con “tú”.
¿Por qué fue desapareciendo el voseo?
Por
la estigmatización. En el Siglo XVIII en España se expandió el tuteo, y
el voseo quedó reservado para las clases bajas, se le consideró habla
de gente ignorante, ruda, grosera. Esa ideología llegó a América y se
quiso borrar el voseo.
¿Para qué se usa el voseo?
Tiene
tres usos. El primero, es el del capataz que lo usa para mandar, para
dar órdenes: “Andá traeme”. Luego está el voseo de confianza o natural,
entre amigos y familia. Y en tercer lugar el voseo que se usa como
insulto, como forma agresiva de expresión. Investigué documentos de los
tiempos de la Colonia y encontré que se insultaba con voseo.
¿Por qué en el Valle es tan arraigado el voseo?
Es
una herencia española, una huella que queda del mundo colonial. Y aquí
lo usa todo el mundo, sin distingo de estratos sociales, lo que indica
que en el Valle hubo más interacción entre clases, entre la alta, la
media y la baja.
¿Entonces es señal de cercanía social?
Sí,
el voseo es señal de menor estratificación o al menos de mayor contacto
entre las clases sociales. Pero en Cali pasa algo curioso, se usa el
tuteo para enamorar, por eso si un hombre tutea a otra mujer se
despiertan los celos de su novia, porque el tuteo revela un trato
especial, romántico, diferencial.
¿Qué pasó con Bogotá y el voseo?
Se
estigmatizó su uso, igual que en España. Se le considera ofensivo y
agresivo. Pero el tuteo entre estratos sociales muy diferentes también
resulta ‘ofensivo’ en Bogotá, lo cual es una herencia medieval. Allí
existe un “usted” de respeto y distancia y un “tú” reservado para los
que son más cercanos o de más confianza.
¿La fuerte presencia afrodescendiente modificó el habla del Valle?
En
la lingüística hispánica hay muy poca influencia de los dialectos
africanos, excepto quizá por algunas palabras que se integraron al
léxico. Pero en el español no hay nada de estructura africana ni
indígena, se conservó la estructura original.
Quienes
vienen de afuera perciben que quienes más vosean o tienen un acento
valluno más marcado son las clases muy altas o muy bajas. ¿Están en lo cierto?
Tiene
todo el sentido. Pierre Bordieu dice que la clase que está más sometida
a la necesidad de hablar ‘bien’ es la clase media, porque necesita
ascender y tiende a suavizar o a neutralizar ciertos rasgos del habla
que revelan su origen popular. En cambio la clase alta y la baja están relajadas.
¿El voseo tiende a desaparecer?
Para
nada. El Valle del Cauca y Antioquia son regiones pujantes, son
regiones muy importantes dentro de la economía nacional, y cuando una
región tiene tanta relevancia su habla se vuelve señal de
autoafirmación, de autoestima y de orgullo.
¿El voseo caleño es entonces señal de autoestima?
Claro.
Si las élites vallecaucanas validan ese hablar regional y se crean
campañas como #DeCaliSeHablaBien, nos sentimos más orgullosos de lo
nuestro y, en ese sentido, el voseo se vuelve afirmación, cariño,
sentido de pertenencia y fuente de orgullo.
¿Entonces mejor no hacemos una campaña por el rescate de la “D” en palabras como “solidaridá”?
(Risas) Andrés Bello ya lo intentó en el Siglo XIX y perdió.
¿Y qué hay de la “M” que reemplaza a la “N” en palabras como “pam” y “pamdebono”?
En
el Valle se da el fenómeno de la nasalización de las vocales y también
se presenta “elisión fonética” que comúnmente se conoce como “comerse
las letras”.
¿A qué se debe ese remplazo de un fonema por otro?
En
lingüística hay un sonido en la mente y otro al pronunciar. La gente
sí cree que está pronunciando la “N” o la “S”, pero en realidad está
pronunciando una “M” o una “J”. Es un fenómeno interesante que también
ocurre en Yucatán, México. Allí dicen “Yucatam”.
¿Es por esa razón que el “eso sí” suena como “ejo ji”?
Ese
es un fenómeno andaluz: se hace una aspiración de la “S” que se
convierte en una “J”. Yo diría que es un ejemplo de oclusión glotal.
Los andaluces aspiran todas las “S” al final de todas las sílabas como
en “gracias”, que queda “gracia”.
¿Por qué a unas regiones de Colombia les irrita tanto el acento de las otras?
Si
un acento nos resulta irritante es por la ideología lingüística de
estigmatización. La ideología lingüística la aprendemos cuando somos
niños de 3 o 4 años. Allí es cuando se forja la identidad. El gusto es
muy relativo, es una construcción cultural y se adquiere en la niñez.
Leí
comentarios de lectores que en el pasado artículo que ustedes me
publicaron decían: “No es cierto, yo soy del Valle y no hablo así”.
Aprovecho para invitar a esos lectores a concientizarse: ¡Sí, hablamos
así! Dejemos el negacionismo. (Risas)
- "Sobre todo en Bogotá hubo rechazo a lo peninsular, después de la Independencia. Se rechazaba
todo lo que sonara a “Madre Patria”, incluido el acento y puede ser que
quienes hoy se irriten con el acento español sean, sin saberlo,
portadores de esas ideologías lingüísticas. Recordemos que somos un país
muy joven".
- "Aquello de ‘mejorar la lengua’ es una ideologíaclasista y una visión de la identidad regional muy negativa. El lenguaje materializa las relaciones de poder
y los discursos sobre la ‘corrección’ idiomática existen para ejercen
poder sobre el otro. No debemos menospreciar el habla campesina, por
ejemplo, porque seguramente esa era el habla del Siglo XVIII y ellos la
preservaron mejor que nosotros".
- "En la adolescencia se
definen los rasgos dialectales que perdurarán. Los adolescentes pueden
aprender a hablar de cierta forma en su casa, pero al llegar al colegio
suprimirán algunas expresiones que no encajan con la ideología de su
generación".
"No dejemos morir el piropo callejero"
¿Por qué le preocupa que se penalice el piropo callejero?
El
piropo es una forma del habla que solo existe en el español y algo en
el italiano. Si el piropo sobrevive es porque es propio de las lenguas
romance; pero en lo anglosajón el concepto de piropo no existe tal y
como lo entendemos nosotros.
El piropo es una
tradición oral, uno se la ha escuchado al papá, a los amigos; en España
solo los viejos lo conservan pero ha desaparecido entre los jóvenes.
Me
da tristeza que se penalice el piropo, que el feminismo de corte
anglosajón venga a imponerse y a echar por tierra un fenómeno de la
oralidad lingüística muy propio de nuestro idioma.
El piropo lo están interpretando como acoso sexual, pero hay que entender que todo tiene un contexto, que
el piropo es una forma muy elaborada del idioma español que colinda con
la metáfora. Es una tradición popular emparentada con la copla, el
chiste o las canciones de cuna. Propongo democratizar el piropo y crear
un hashtag: #Salvemoselpiropo.
Entre el castellano y el andaluz, mirad
¿Qué opina sobre las disputas sobre dónde se habla el mejor español de Colombia?
Hay un mito de que en Bogotá se habla el mejor español y en documentos del Siglo XVII se referencia el “hablar bonito” del bogotano, pero es solo porque allí hubo más migración castellana. En el resto del país hubo más influencia andaluza.
El castellano creía que hablaba mejor que el andaluz, que se come la “S”. Andalucía era en tiempos de la colonia una región más pobre y con más influencia árabe; Castilla, por su parte, era una región más rica
y sentía que su habla era más ‘pura’. El Pacífico recibió más influjo andaluz. También el Caribe. Mientras que el centro del país es más castellano.
Los andaluces tienen consonantes muy débiles en general:
- La ‘B’, la ‘D’ y la ‘G’ se pronuncian en Cali de forma muy suave, por herencia andaluza.
- Por eso se dice 'toas las naiaes' en lugar de 'toda las navidades'