Le hemos oído decir algo tan
atrevido como que la novela negra está muriendo en beneficio del
thriller. A pesar de la excelente salud del thriller ¿No es un poco osado?
No creo que la novela negra
esté muriendo porque si fuera así no habría tantas novelas negras tan
malas. Yo creo que el thriller es más adecuado para contar la época
actual. Para mí la novela negra es hija de una época romántica en la que
aún podía creerse que los héroes podían salvar el mundo, solitarios,
como caballeros. No creo que siga siendo posible. Bajo el nombre novela
negra, como al final ha triunfado, se ha publicado mucha morralla y el
mío era un intento de ruptura en esa dirección.
¿Hasta qué punto se puede jugar con el lector? ¿No tuvo miedo de perder credibilidad según desarrollaba el argumento?
No. Siempre es un riesgo, hay lectores a
los que no les gustará lo que escribo. Yo consigo seguir adelante y
creer en lo que escribo hasta que no siento que me apasiono. Puedo
equivocarme pero estoy seguro de lo que hago porque lo hago con
sinceridad, por eso cuando no encuentro una solución para una parte de
la trama se convierte en una obsesión hasta que lo resuelvo. Mi amor se
convierte en algo terrible y es difícil estar a mi lado. Trato de
hacerlo lo mejor posible.
Los protagonistas tienen el Bien de su
lado. Sin embargo, están continuamente violando la ley. ¿Hasta qué punto
cree que se puede hacer el mal para castigar al crimen o no dejarlo
impune?
En la vida real no tengo ni idea. Lo
único que puedo decir es que lo que mueve a mis protagonistas no es ni
la venganza ni el castigo a los culpables sino salvar a las víctimas. Y
creo que si tienes que salvar a alguien de una violencia intolerable
casi cualquier medio es lícito. Dante es sobre todo una víctima que
quiere que a nadie le suceda lo que le sucedió a él y se juega la vida
para lograrlo.
La estructura de la obra, clásico thriller
de muñeca rusa en el que cada parte destapa poco a poco una sorpresa,
funciona muy bien. ¿La planea desde el principio? ¿Deja algo a la
improvisación?
(Risas) Dejo mucho espacio a la
improvisación porque cuando empiezo a escribir sé las líneas generales
pero podría llenar como mucho 50 páginas, el resto sale según escribo,
según crecen y se mueven los personajes, yo creo la historia pero al
mismo tiempo la vivo mientras la creo, es una inmersión total. No
consigo planificar todo antes. Si sé ya todo no me divierto y no me
apasiono, es como si ya lo hubiera escrito.
Personajes marcados por el dolor y el afán justiciero
Me gusta mucho Colomba: macarra,
amante de la Roma oscura, traumatizada, leal, capaz de firmar un pacto
con el diablo para buscar la justicia. ¿Qué influencias ha tenido a la
hora de crear el personaje?
La primera influencia fue una tumba que
vi en Florencia, en el cementerio de los románticos, donde había un
nombre: Colomba Castelli, y pensé que tenía que ser el nombre de la
protagonista. La segunda fue cuando empecé a escribir una serie de
televisión: Equipo antimafia en el que había un personaje que era un
poco como Colomba, que se las arregla muy bien en un mundo de hombres,
nunca conseguí representarla como quería pero me quedó dentro y cuando
he tenido la posibilidad le he dado vida.
Dante es un tipo muy extraño y
atractivo, con un amplio conocimiento teórico y vital sobre el secuestro
y el trauma ¿Investigó mucho para crearlo? En general, ¿hay un trabajo a
fondo de investigación en la novela?
Sí, sobre todo respecto a Dante me he
documentado, para tratar de entender cómo reaccionan las víctimas de
traumas, de encierro y he leído mucho sobre traumas infantiles. Una gran
ayuda para construir el personaje me lo ha dado mi psicoanalista porque
hace 14 años que me hago análisis y hablamos sobre la influencia de mi
infancia y mis lutos en la construcción de mi persona. En Dante hay
mucho de mí, de algún modo él encarna mis temores pero amplificados.
¿La elección de personajes que sufren tanto busca que el lector empatice mejor con ellos?
Por supuesto. Yo trato de tocar las
cuerdas de los lectores y de transmitir emociones auténticas pero no con
emociones falsas sino tratando de hacerles revivir algo a través de mis
personajes. Quiero que encuentren una parte de ellos mismos en Colomba y
Dante, porque estoy convencido de que la tienen.
Cremona, su localidad natal, aparece
en la obra. ¿Hay, además, algo personal puesto en estos personajes, en
sus traumas, en su sufrimiento?
Sí, como decìa antes hay mucho de mí en
la construcción de esta historia. Me fui muy joven de Cremona, aún era
menor de edad y durante una parte de mi vida Cremona ha sido algo sin
resolver, huí de esa ciudad. Ciudad que me provocaba angustia y malestar
y como Dante al final estoy volviendo, estoy tratando de superar mi
malestar. Los lugares a los que van los protagonistas en Cremona son los
que yo recuerdo, a los que yo voy.
¿Las cloacas de Italia siguen tan
podridas como se ve en la novela? ¿La judicatura y la policía siguen
llenos de personajes como estos?
La respuesta podría hacer que me
imputaran pero creo que existen. Noo tengo ni idea de en qué proporción
pero he conocido personas que se aprovechaban de su poder, en cualquier
sector, solo que si eres policía haces más daño. Mi intención era crear
un mundo donde no te puedes fiar de nadie y la gente que tratas te
puede hacer daño porque es malvada, corrupta y sobre todo sirve a sus
propios intereses. Creo que uno de los principales problemas de mi país
es que dentro de las instituciones muchos sirven más a su interés que al
colectivo y creo que también sucede en la UE. A veces lo hacen por
avidez, por interés, pero a veces solo por estupidez. Si quemas la barca
en la que vas para calentarte, al final te hundirás con los demás
pasajeros, pero de esto no se da cuenta todo el mundo.