El español tiene una asignatura pendiente. Hay 550 millones
de hispanohablantes, pero ningún examen internacional que certifique el
dominio del idioma. Esta carencia tiene desde ayer los días contados.
Bajo los blasonados muros del Antiguo Colegio de San Ildefonso, en la
Ciudad de México, los Reyes de España
presidieron la presentación del Servicio Internacional de Evaluación de
la Lengua Española (Siele), el examen que permitirá determinar en
prácticamente cualquier punto del planeta el grado de conocimiento del
castellano. La prueba, similar a las que ya dispone el inglés con los
exámenes de la Universidad de Cambridge, nace bajo un concepto
panhispánico, aglutinador de las distintas voces del español y con la
ambición de convertirse en un patrón globalmente reconocido.
La iniciativa la han desarrollado conjuntamente el Instituto Cervantes
(90 centros en 44 países), la Universidad Nacional Autónoma de México
(la mayor de habla hispana) y la Universidad de Salamanca (la más
antigua). La prueba arrancará a comienzos del próximo curso académico y
con el listón muy alto. Las previsiones establecen un mínimo de 300.000
candidatos anuales, que aumentarán a 750.000 en cinco años. Tanto la
inscripción como el examen se efectuarán por medios electrónicos y con
conexión en línea.
“Faltaba en el universo de la enseñanza del español como
segunda lengua o lengua extranjera un certificado ágil y de gran
prestigio, que se situara en la línea de los que ofrece la lengua
inglesa. Los equipos académicos de las tres Instituciones han trabajado,
codo con codo, en un nuevo tipo de examen de carácter panhispánico en
la línea abierta por las 22 Academias de la Lengua Española. Ellas han
sabido plasmar en su Nueva Gramática la unidad que integra las distintas
variantes en que el español se realiza”, afirmó Felipe VI.
El certificado se podrá obtener en cualquiera de los cinco
continentes, pero el mayor esfuerzo se concentrará hasta 2018 en tres
gigantes: Brasil, que tendrá 120 centros de examen; Estados Unidos, con
100, y China, con 60. Más de 15 millones de personas estudian ahora
mismo español en esos tres países.
El certificado se podrá obtener en cualquiera de
los cinco continentes, pero el mayor esfuerzo se concentrará en tres
gigantes: Brasil, Estados Unidos y China
El Siele constará de cuatro pruebas: Comprensión lectora y
Comprensión auditiva, cuya calificación será inmediata, así como
Expresión e Interacción escrita y oral, que serán evaluados mediante
escalas por expertos acreditados. Los candidatos podrán elegir si se
enfrentan a la prueba de una sola vez o por partes. Los resultados se
conocerán en tres semanas, y en caso de reclamaciones, un segundo
calificador llevará a cabo la revisión de los textos y los audios.
Superado el examen se obtendrá un certificado con una validez de dos
años.
El examen es la punta de lanza de un proyecto de mayor
envergadura. Junto con las pruebas se desarrollará material didáctico y,
sobre todo, se avanzará en la enseñanza del español en toda su
diversidad. “El Siele no solo es una prueba de evaluación, sino un
sistema de promoción del español, pero del español de todos y en pie de
igualdad. Pretendemos que en el proyecto participen las 900
universidades iberoamericanas y todos los ministerios de educación del
área”, señaló el director del Instituto Cervantes, Víctor García de la
Concha.
“Si queremos que nuestra lengua se afirme como segunda
lengua de comunicación internacional debemos superar la visión de corto
alcance, centrada en lo de cada uno, y poner en común los recursos de
todos para lograr un objetivo que redundará en beneficio común', dijo
Felipe VI.
En la firma del protocolo de actuación estuvieron presentes
junto a García de la Concha el rector de la UNAM, José Narro, y el de la
Universidad de Salamanca, Daniel Hernández Ruipérez. El acto fue
presidido por los Reyes como parte de su visita de Estado a México. El
viaje, que concluyó ayer con un recorrido cultural por Zacatecas, ha
tenido como bandera la defensa del idioma como bien común y motor de
crecimiento iberoamericano.