En la última entrevista que Harper Lee concedió
antes de apartarse del ruedo público y cerrar las puertas de su vida a
la prensa, la autora reconoció la sorpresa que le causó el éxito
abrumador de Matar a un ruiseñor. «Esperaba un poco de apoyo del
público, pero acabó siendo masivo y, de alguna manera, resultó igual de
aterrador», le dijo a la revista Life en 1964. Lee sostuvo
durante muchos años que nunca volvería a publicar un libro y, aunque lo
intentó en un par de ocasiones, mantuvo su palabra. De ahí que cuando se
anunció en febrero el hallazgo y los planes de publicación de Ven y pon un centinela muchos críticos y expertos arquearan las cejas en señal de incredulidad.
Tampoco esta vez Lee ha dado respuestas. A sus 89 años vive recluida
en una residencia de ancianos de Monroeville desde que en 2007 sufriera
un derrame cerebral. Apenas oye ni ve y está postrada en una silla de
ruedas aunque, según sus allegados, mantiene una mente despierta. Tanto
su abogada como su editorial mantienen que la publicación del libro
cuenta con su consentimiento. Pero ante la duda, el Estado de Alabama
abrió una investigación para determinar si había sido engañada. Tras
entrevistarla, concluyó que entendía y aprobaba la publicación.
No es, sin embargo, la única incógnita que ha rodeado a la aparición
del libro. La otra tiene que ver con su hallazgo, más de medio siglo
después de que Lee escribiera la obra en 1957. A su editora de entonces
le pareció que si bien el libro rezumaba talento, no era más que una
colección de anécdotas sin engarzar y le pidió que lo rehiciera. De
aquel prototipo nació Matar a un ruiseñor (1960), pero la editorial nunca contempló publicar la primera versión, según ha explicado el biógrafo de la autora.
¿Cómo se descubrió, entonces? Tonja Carter, la abogada de la
escritora, ha contado que empezó a buscar el manuscrito el verano pasado
tras escuchar en una reunión familiar que podría haber una segunda
novela. Carter acudió entonces al banco de Monroeville donde guarda su
legado literario y la encontró en la caja fuerte. Pero hay otra versión
que sostiene que el libro se encontró en 2011, cuando una experta de
Sotheby's acudió a tasar el manuscrito de Matar a un ruiseñor (y
cuando la hermana mayor de Harper Lee, que falleció dos meses antes del
anuncio del descubrimiento en el 2014) aún velaba por sus intereses. La
bibliógrafa descubrió que aunque aquella versión estaba ambientada en
Maycomb y habitada por la misma gente, los personajes era más viejos y
la historia transcurría años después.