Carlos Zanón ha ganado con su novela Yo fui Johnny Thunders (RBA) el premio Dashiell Hammett 2015 que se entrega en la Semana Negra de Gijón. El novelista, poeta y crítico literario de
EL PAÍS ha conseguido el galardón con una novela negra muy particular,
que juega con los límites del género, una historia de barrio, un relato
plagado de perdedores, un libro en el que la música, la otra gran pasión
del autor, es protagonista.
Abogado penalista, además de su obra poética Zanón ha publicado otras dos novelas negras (No llames a casa y Tarde mal y nunca,
finalista del Silverio Cañada) en las que ya se veían las señas de
identidad de un novelista que encabeza la ola renovadora de la novela
negra mediterránea. A saber: crítica social alejada del panfleto,
costumbrismo, personajes cercanos y maltratados por la vida y un gusto
por historias sencillas, reales, dolorosas.
Yo fui Johnny Thunders es
una historia sobre la miseria, sobre la droga, sobre la furia juvenil y
sobre qué pasa cuando vives como si no hubiera mañana y al final te
plantas en el futuro, sin nada, sin rock’n’roll; un relato de pesadillas
urbanas, de amores imposibles; una cuesta abajo imparable que el
protagonista, Francis, Mr. Frankie, trata de rematar, nunca de frenar,
cuando vuelve al barrio que lo conoció cuando tocó con Johnny Thunders,
joven, retador, con dinero y sueños. Barcelona juega un papel
fundamental en su obra, pero desde un prisma distinto al convencional.
Es una Barcelona de calles grises y arrabales, una ciudad alejada de
cualquier misticismo, un escenario para las previsibles derrotas de los
personajes que pueblan sus novelas.
Zanón
releva en el palmarés del Hammett a Alexis Ravelo. El premio Memorial
Silverio Cañada a la mejor ópera prima en novela negra ha sido para
David Llorente por Te quiero porque me das de comer (Alrevés).
El jurado que concede este galardón en la Semana Negra de Gijón ha
valorado la estructura narrativa de la obra como un "aire nuevo" para la
novela negra, ha informado su portavoz, el editor Paco Camarasa.
Por su parte, Martín Olmos ha ganado el Premio Rodolfo Walsh para
obras de no ficción por Escrito en negro, que profundiza sobre la
personalidad de varios criminales, mientras que el Premio Espartaco de
novela histórica ha recaído en Alfonso Mateo-Sagasta por El imperio de
los hombres sin amor.
Alias: Paco Ignacio Taibo II
Tapadera: ¿Qué fue primero, el escritor, el
historiador o el activista infatigable de izquierdas? Los tres a la vez,
y sin dejar de fumar y beber refresco de cola. Se le “acusa” con
pruebas de ser el creador del neopolicial latinoamericano, un género con
identidad propia en un continente en el que la realidad cotidiana es
una novela negra. Casi sesenta libros en solitario y otros tantos
colectivos, guiones de cómic, documentales…, y le sobró tiempo para
fundar, en 1988, la Semana Negra de Gijón, y dirigirla durante
veinticinco años. Inventó un detective “independiente” (que no privado y
mucho menos privatizado), Belascoarán Shayne, que acabó compartiendo
novela a cuatro manos con el subcomandante Marcos. Y algo que jamás
antes había confesado: el primer libro que escribió, siendo muy joven,
fue una biografía de Bruce Lee.
Coartada: No necesita. Aunque ya no está en la primera línea de fuego, la Semana Negra no sería lo mismo si él no volviera en julio.
Ídolos: El general Custer “porque era un soberbio y odiaba a los indios”.
Ranking: Durante años se declaró “Jefe de un circo
de tres pistas”. Ahora sigue planchando con todo lo que arruga el coraje
y la solidaridad.