sábado, 4 de julio de 2015

Reeditan obras de Estanislao Zuleta

Estas ediciones fueron creadas para que más personas conozcan las obras del escritor colombiano

Estanislao Zuleta: filósofo, pedagogo y escritor colombiano.

Colombia: violencia, democracia y derechos humanos  El elogio de la dificultad y otros ensayos, del reconocido filósofo, pedagogo y escritor Estanislao Zuleta (Medellín, 1935 - Cali, 1990) acaban de ser reeditados por el sello Ariel.
“Estanislao sintió que todo ser humano sabe advertir cuándo se le considera digno de la cultura y de los más altos dones del espíritu, y nos enseñó a lo largo de la vida, con su ejemplo, que solo creyendo en la dignidad de los demás podremos conquistar una vida digna”, comenta el escritor William Ospina, a raíz de esta nueva reedición de su obra.
Se trata de una buena oportunidad para que las nuevas generaciones se acerquen a la obra de uno de los intelectuales más brillantes del siglo pasado, con la que se formaron varias generaciones de estudiantes de las ciencias sociales y económicas. 



"El diálogo es hoy una necesidad de la humanidad": Estanislao Zuleta

En memoria del fallecido filósofo, publicamos apartes de una reflexión que ofreció al M-19 en 1989

 El comandante del M-19, Carlos Pizarro, y el entonces consejero presidencial de Paz, Rafael Pardo Rueda, en el proceso de paz que se menciona en esta nota sobre Zuleta. /eltiempo.com

“Solo un pueblo escéptico de la guerra y maduro para el conflicto es un pueblo también maduro para la paz”.
Para el año de 1989 el M-19 estaba ya empeñado en un diálogo con el gobierno de Virgilio Barco para pactar la paz. Fue, en América Latina, la primera guerrilla que renunció al alzamiento armado para, a cambio de la insurgencia, hacer política legal y pacíficamente.
La discusión sobre la democracia (“ancha y profunda y construida de abajo hacia arriba y de adentro hacia afuera”) y el valor del diálogo político para terminar la guerra y/o resolver conflictos fue algo crucial en esos momentos para quienes íbamos a pasar de la guerra a la paz.
Estanislao Zuleta generosamente quiso compartir su pensamiento sobre estos temas y lo hizo subiendo hasta el campamento del M-19 en las montañas del Cauca.
Esta es una versión sintetizada de sus reflexiones, por lo demás extraordinariamente vigentes para la actual coyuntura colombiana, que publicamos con motivo de los aniversarios de su natalicio y de su fallecimiento. La conferencia completa del filósofo puede ser consultada en www.oigahermanohermana.org/pages/Conferencia_de_Estanislao_Zuleta

La democracia

Ya que se han embarcado ustedes en este asunto de defender la paz, de promover la paz y luchar por construir una democracia más amplia y participativa, voy a hablarles un poco de cuán difícil es precisamente defender la democracia y sustentar seriamente esa defensa. Hay dos problemas: uno de la historia, y hay otro de la democracia misma.
En la historia nuestra es suficiente examinar un punto, para lo que nos interesa. La democracia no pertenece a las tradiciones de la izquierda, esto hay que decirlo francamente. Las tradiciones de la izquierda han estado determinadas, entre nosotros –y a una escala mundial también–, por el marxismo, y el marxismo no es un pensamiento democrático.
Marx mismo no lo era, pero luego la cosa empeoró con Lenin y se dañó del todo con Stalin. Marx comentó los derechos humanos haciendo una inmensa confusión, confundió la ideología individualista, sensualista, utilitarista, liberal de la época, en que fueron proclamados, con el acontecimiento político mismo. Y por ponerse a criticar, casi siempre con razón y mucha brillantez, esa ideología, criticó el acontecimiento mismo, la cuestión de los derechos humanos como una simple expresión del egoísmo de un mundo capitalista, de un mundo burgués, del individualismo egoísta.
Mi derecho de asociación, por ejemplo, depende de que también los demás tengan derecho a la asociación. Si no hay derecho a la libre asociación o si solo un partido tiene derecho a existir, como en los regímenes de partido único, entonces ya no tengo derecho sino a solo dos cosas: o a sumarme al partido que tiene derecho a existir o a no asociarme políticamente en ninguna otra forma. Es decir, para que yo tenga un libre derecho de asociación, quiere decir que puedo asociarme a partir de mis ideas o que pueda escoger entre varias asociaciones políticas existentes; de otra manera, no es tal mi derecho, ni mi libertad de asociación.
La idea de que la democracia no es más que una especie de máscara que se pone a sí mismo el capitalismo, bajo la cual se puede dar el lujo de explotar, de hacer, de dominar, etc., ha marcado histórica y profundamente la tradición de la izquierda, independientemente que se trate de un partido o de que se proclame marxista-leninista o no.
Ahora les quiero compartir un poco acerca de las dificultades en que ustedes se han embarcado al comprometerse a promover y construir una democracia amplia y participativa, y las reservas y hostilidades que encontrarán.
En la democracia nadie ocupa el poder por derecho propio, es un rasgo específico de la democracia. Por derecho propio, es decir, o porque tiene una sangre particular, la nobleza o por sus derechos de propiedad, por herencia o porque tiene la verdad, eso no. Solo se ocupa el poder por delegación y se tiene que reconquistar o perder, y ese es un rasgo esencial en este debate de la democracia.
El que tiene un poder, pero ese poder carece de todo control, tiende al abuso del poder. Es necesario un control del poder, del poder político, del poder del Estado, y es un control que solo puedan ejercerlo aquellos sobre quienes se ejerce ese poder, y no solamente los amigos que él nombra para que no lo controlen y que los destituye si lo hacen. Es decir, se requiere un control efectivo.
La democracia es la cátedra en vivo de la política para los pueblos. La necesidad de aprender continuamente a luchar por sus intereses y averiguar cuáles son. La democracia es siempre un proceso que puede ampliarse, pues no hay ninguna democracia terminada ni acabada... y se aprende a participar participando ¡así como bailando se aprende a bailar!
La dificultad crece, también desde luego, porque sociedades muy injustas en las que existe no solamente una distribución aberrante de los ingresos y de la riqueza, sino también en la que existen toda clase de injusticias, son sociedades que se suelen llamar “democráticas”, refiriéndose con ello a unos cuantos procedimientos, como, por ejemplo, los procedimientos electorales, por medio de los cuales se nombran presidentes y congresos, reduciendo la democracia a un mecanismo procedimental.
Entonces... de qué poco sirve tener derechos si la sociedad en que uno vive no le da posibilidades para ejercerlos.

El diálogo

El diálogo es lo más importante en nuestra época, pero detrás del diálogo se necesita que haya alguna fuerza, que no es necesariamente violencia; es el caso, por ejemplo, con la posibilidad que tiene un sindicato de parar o hacer una huelga, lo que no quiere decir que el sindicato se vaya a tomar la empresa o la fábrica a bala, sino que es una fuerza. Y puede haber muchas otras fuerzas.
Es muy probable que con tres ilustres pensadores inermes el Gobierno no se siente a discutir, así no más, como se sienta hoy con el M-19; es muy probable que si se sienta hoy dialogar con el M-19, es porque siente que el M-19 representa o tiene algún poder. De manera que tampoco fue un error el proceso de construcción de ese poder, porque ese poder dio origen a que hubiera hoy este diálogo, y el diálogo apoyado por la gente es una fuerza y resulta tan decisivo o más decisivo aún que un poder armado, y a ese poder no se le pueden oponer las armas...
Porque no hay que creer en el culto de las armas. Es decir, para forzar el diálogo muy frecuentemente se necesita tener una fuerza, pero esa fuerza no tiene que ser necesariamente una fuerza armada, porque puede ser armada y no servir para nada.
Tenemos, pues, que el diálogo es quizás el elemento más importante de la vida de la humanidad de hoy; es una necesidad. Ahora la humanidad, al igual que en épocas anteriores en que enfrentó graves amenazas, guardadas sus proporciones y diferencias, tiene que inventar el diálogo también para sobrevivir, porque no la va a destruir ningún enemigo externo, sino ella misma si no aprende a dialogar y a concertar.
El diálogo tiene que ser en alguna medida racional, ofrecerse, someterse y enriquecerse con la argumentación... Una característica esencial de una mentalidad democrática, en un sentido moderno, es la que acepta el pluralismo por la sola razón de que es imposible conseguir la unanimidad.
La lucha por la democracia es la lucha por la fuerza creciente del pueblo, no para sustituirlo con un ejército –aunque sea muy eficaz y muy bienintencionado–, sino por hacer que crezca la fuerza del pueblo mismo. Eso nos da un panorama efectivo de en qué consiste la democracia.
No es suficiente, aunque es importante, que la democracia se conceda de manera concertada, que se escriban leyes, pero de todas maneras de poco valen las leyes escritas en un libro, cuando no existe el poder de hacerlas cumplir o cuando no están impresas en la mente de los hombres, o cuando ni siquiera el pueblo las conoce. Tener un derecho que uno ni siquiera conoce es lo mismo que no tenerlo.
Aprender, pues, a estimar y afirmar la democracia es aprender a luchar con entusiasmo, con coraje, sin esas ilusiones maniqueas, sin sentirse el representante único de la verdad, de la historia, del pueblo, del poder tan supuestamente auténtico y tan nítido que todo lo que difiera de lo que yo digo está contra el pueblo, contra la historia, contra la verdad.
Es importante también, para abrir un proceso como el que ustedes han emprendido y han expuesto, lo que dicen sobre que no se trata solo del M-19: se trata de un movimiento en el que ustedes están, pero que lo excede, porque pueden y deben estar muchos otros, y que es mucho más, es un movimiento por la paz, un movimiento por la democracia.

Epílogo

Ya para terminar esta charla, voy a plantear lo siguiente: el problema de la revolución se puede plantear en dos sentidos, en el sentido de la Revolución francesa de 1789, de la Revolución soviética de 1917, de la Revolución china de 1949 o el de la Revolución cubana de 1959; en ese sentido se puede hablar de LA REVOLUCIÓN, esas son las revoluciones que estallan.
Pero también se puede hablar en otro sentido, el de las revoluciones que ocurren y que nunca estallaron, que pueden producir transformaciones igualmente profundas en la vida y la sociedad, con relativa estabilidad.
Los mismos marxistas utilizan el término revolución en los dos sentidos. Por ejemplo, Engels dice que la revolución más importante del mundo occidental hasta su época fue el Renacimiento, pero el Renacimiento nunca estalló, nadie lo decretó... Comenzaron los unos a pensar diferente, a ser distintos, y luego el comportamiento social también fue distinto, pero nunca estalló.
Entonces, no se preocupen si a ustedes les dicen que no son revolucionarios. Por lo que ustedes están haciendo, es posible que ocurra una revolución.

¿Quién fue Estanilao Zuleta?

El Elogio de la dificultad  fue pronunciado por Zuleta en la U. del Valle, al recibir el doctorado honoris causa en Psicología.
(Medellín, 3 de febrero de 1935-Cali, 17 de febrero de 1990). Filósofo, escritor y pedagogo, reconocido por la importancia de sus contribuciones académicas y su extraordinaria oratoria. Incursionó en campos como la economía, el psicoanálisis y la cultura. Fue escogido por la revista  Semana (1999) como uno de los grandes pensadores del país.
Diego Arias
Excombatiente del M-19