El poeta nicaragüense Ernesto Cardenal inauguró hoy una feria del libro en un centro comercial de Managua con el fin de promover la lectura entre la gente que va de compras, en el Día Internacional del Libro
Ernesto Cardenal, promotor de nuevos lectores con su poesía./pasito.com |
Cardenal, de 88 años y Premio Reina Sofía 2012 de Poesía Iberoamericana, atrajo a los visitantes del centro de compras, quienes
se acercaron con sus libros buscando su autógrafo, luego de ser animados
por el poeta a interesarse por la literatura.
"El objetivo de la
actividad fue promover la literatura en ambientes no tradicionales en
donde la gente va a comprar ropa, zapatos o cualquier otra cosa, pero no
piensa en buscar un libro", explicó a Efe el portavoz del Centro
Nicaragüense de Escritores, Miztle Mejía.
El día fue inédito en el
centro comercial. Además de Cardenal, llegaron otros escritores noveles
nicaragüenses como Manuel Ortega, Anastasio Lobo, Fátima Villalta, José
Adiac Montoya y Carlos Castro, subrayó Mejía.
Además, una
veintena de personas aprovechó los micrófonos abiertos para leer sus
escritos. "La gente se mostró muy entusiasmada", aseguró Mejía.
El
autor nicaragüense Alfredo Sánchez amenizó al público con el
microrrelato, elaborando una historia a partir de las opiniones nacidas
de un tema en las redes sociales.
Ernesto
Cardenal (Granada, Nicaragua 1925), fue ministro de Cultura durante el
primer gobierno sandinista (1979-1990), es autor de "Epigramas" y
"Oración por Marilyn Monroe", entre otras obras.
Sacerdote
católico, escritor y escultor, es uno de los más destacados religiosos
de la teología de la liberación y ha merecido varios premios
internacionales, y este año se le dedicó en su honor el Festival
Internacional de Poesía de Granada (Nicaragua).
El poeta participó
en la lucha contra la dictadura de los Somoza y fue militante hasta
1995 del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), actualmente en
el poder, del que está distanciado.
Siendo ministro de Cultura
recibió la amonestación pública del fallecido papa Juan Pablo II, en
marzo de 1983, cuando éste visitó Nicaragua, por mezclar la religión con
la revolución sandinista.