Rayuela 50 Aniversario
Una exposición fotográfica y un diccionario conmemora los 50 años de la obra más popular del autor argentino
Retrato de Julio Cortázar, de la exposición del Insituto Cervantes de París. / Antonio Gálvez/elpais.com |
Según Aurora Bernárdez, la primera mujer de Julio Cortázar, “Rayuela no la escribió Cortázar, la escribieron las ciudades”. La frase, que Bernárdez dijo en París, donde vive todavía, en la presentación de la exposición Rayuela, El París de Cortázar,
es una de las referencias del homenaje que el Instituto Cervantes de la
capital francesa ha dedicado al mítico libro que el 28 de junio cumple
50 años. La muestra, que se puede visitar hasta el 12 de julio, recorre
las imágenes, los objetos, las obras y las amistades de Cortázar en
París. El comisario de la muestra es el director del centro, Juan Manuel
Bonet, exdirector del Museo Reina Sofía, que ha elaborado un
diccionario “Cortázar-París-Rayuela.
Uno de los amigos más queridos de Cortázar era Antonio Gálvez,
fotógrafo y pintor catalán, que le hizo magníficos retratos y que vivió
con él docenas de citas, conversaciones y anécdotas. “Yo estaba haciendo
un libro de fotos sobre los grandes intelectuales –los cabezones-
cuando todavía no eran tan sabios, cuando todavía eran personas”,
recuerda Gálvez. “Yo entonces me moría de hambre, y todos me prometieron
un texto para el libro, que iba a editar un suizo. Muchos se rajaron,
pero algunos eran formales. Goytisolo y Carpentier fueron muy formales,
otros menos. Pero el más humano de todos, el más señor, era Julio. Era
persona antes que escritor. Nos corrimos grandes juergas juntos, pero se
murió muy pronto, demasiado pronto”.
Las magníficas fotos que Gálvez tomó a Cortázar cuelgan de un tendal
con pinzas en la planta de arrriba de la sede del Cervantes, junto a
cuadros y dibujos de otros de sus amigos de los años de Rayuela:
Pat Andrea, Sergio de Castro –que inspiró el “Étienne” de la novela-,
Eduardo Jonquières, Julio Silva –“el Patrón”, colaborador gráfico de
Cortázar en Rayuela y 62, Modelo para armar, en sus almanaques y otros
libros-, Antonio Seguí, Antonio Taulé y Luis Tomasello.
La relación de Cortázar con el jazz, tan presente en Rayuela,
se cuenta a través de algunas de las fotografías que durante la década
de los cincuenta tomó, primero en Nueva York y luego en París, Marcel
Fleiss, entonces colaborador de Jazz Hot, y hoy gran galerista del
surrealismo.
La exposición cuenta la relación de Cortázar con París, donde vivió
entre 1951 y 1984, el año de su fallecimiento, y una de las dos ciudades
–la otra es Buenos Aires- donde transcurre Rayuela. Con la muestra y el
diccionario, Bonet ha querido subrayar que “la novela más emblemática
del 'boom' fue escrita por un autor que adoraba la cultura francesa”.
En la pared de la escalera que une las dos plantas de la sala de
exposiciones, se muestran las postales que Cortázar coleccionaba y
colgaba de las paredes, una costumbre que traspasó a los personajes de Rayuela. Muchas de ellas han sido cedidas al Instituto por Aurora Bernárdez, que las guardaba en una gran caja, recuerda Bonet.
La muestra se completa con las fotografías de Alécio de Andrade para
un libro conjunto en torno a París: el Sena y sus “quais”, tan
frecuentados por Horacio Oliveira y por la Maga, la Clocharde, los cafés
y las librerías de Saint- Germain-des-Prés, el Marais, los Marchés aux
Puces...
Además, el Cervantes ha lanzado en Internet, dentro de su proyecto
las Rutas Cervantes, que coordina Raquel Caleya, la Ruta temática dedicada a Rayuela
realizada por José María Conget y que permite conocer mejor algunos
escenarios de la novela. La Ruta consta de 27 lugares, y va desde el Quai de Conti
(“¿Encontraría a La Maga? Tantas veces me había bastado asomarme,
viniendo por la rue de Seine, al arco que da al Quai de Conti…”) hasta
el Cementerio de Montparnasse, donde está enterrado Cortázar.
Bonet anuncia que “la exposición sobre Rayuela y su Ruta son
un preludio al centenario del nacimiento de Cortázar, que
contribuiremos a celebrar el año que viene en la ciudad de adopción del
escritor, a la cual se unirán entonces Buenos Aires y otras de las
ciudades cortazarianas, así como otras del ámbito hispánico”.