El escritor barcelonés clausura las jornadas de Lecciones y Maestros en Santander, dedicadas a la literatura infantil y juvenil
Jordi Sierra i Fabra. / Pablo Hojas./elpais.com |
¿Se aprende más leyendo que estudiando? Sí. Es la respuesta de Jordi
Sierra i Fabra. Esa ha sido su vivencia personal y su experiencia con
los niños y los adolescentes en sus 40 años como escritor de literatura
infantil y juvenil. Lo dice un lector precoz, un escritor prolífico con
400 libros publicados y más de diez millones de lectores y un gran
fomentador de la lectura. Su mundo literario fue el visitado en la
última jornada de Lecciones y Maestros sobre la literatura infantil y juvenil, realizada en Santander y organizada por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y la Fundación Santillana. Las dos sesiones anteriores estuvieron dedicadas a los escritores Joan Manuel Gisbert y María Isabel Molina.
Sierra i Fabra (Barcelona, 1947), autor de obras como Campos de fresas, Manicomio o El mundo de las ratas doradas,
recordó que, tal vez, la clave de su éxito creativo con los menores
está en que, para empezar, él no los subestima y los considera personas
listas e inteligentes a quienes les interesan las historias en las que
aprenden cosas al tiempo que se entretienen leyendo. Y considera que si
el profesor o los adultos en sus casas no utilizaran los libros y la
lectura como un castigo habría más lectores. Por eso recomienda que “el
libro debe usarse en la formación pero no se debe confundir con las
matemáticas, las ciencias u otras asignaturas”.
Lo importante es leer. Incluso esas novelas de moda. A Sierra i Fabra
le da igual lo que lean los muchachos, no se opone a esos géneros
populares o denostados por la crítica: “Las modas pasan”, asegura, “y
los jóvenes ya tendrán tiempo de elegir sus verdaderas lecturas y saber
lo que es bueno. Es preferible que lean algo a que no lean nada”.
Eso ha sido y eso es Sierra i Fabra. Unas pinceladas de su retrato
las dio Basilio Baltasar, director de la Fundación Santillana, al
presentar al escritor: “Cuando se recuerda, cuando habla de sí mismo,
Sierra i Fabra menciona a un niño al que todo el mundo machacó y a un
joven que nunca se rindió, confiando ciegamente en sí mismo. Sierra i
Fabra, afirma que sigue siendo un crío con un apetito voraz por viajar,
inventar historias, escribir hacer cosas… ‘sigo siendo el mismo burro de
siempre: soñador, optimista, siempre sonriendo y de buen humor”.
El 4 es desde el año pasado el número que acompaña al escritor: hace
41 años publicó su primer libro; ha escrito más de 400 obras y ha ganado
casi 40 premios literarios, entre ellos el Nacional de Literatura del
Ministerio de Cultura. En 2004 creó la Fundació Jordi Sierra i Fabra, en
Barcelona, y la Fundación Taller de Letras Jordi Sierra i Fabra, en
Medellín (Colombia). Desde entonces se concede el premio que lleva su
nombre a un joven escritor menor de 18 años. El año pasado inauguró el
Centro Cultural de su Fundación en Barcelona.
Pero no solo de literatura está hecho Sierra i Fabra. Ha hecho una
confesión que hermana dos artes: “Soy hijo del cine más que de los
libros”. Le encanta el cine, antes iba casi a diario, y ha contribuido
en su forma de escribir basada en imágenes. Por eso sus libros,
reconoce, son como guiones de cine.
Y aunque sus historias han sido llevadas a la televisión y de otras
ha vendido sus derechos al cine, solo hasta ahora se va a hacer la
primera película. Estará basada en su libro Un poco de abril, algo de mayo, todo septiembre, que dirigirá David Menkes bajo el título de Por un puñado de besos.
Dos géneros, literatura y cine, atacados por la piratería en la Red.
Es la situación más delicadas que él observa para el futuro de las
manifestaciones artísticas.La situación es tal que ha creado con otros
escritores la APE: Autores en peligro de extinción.