Mario Jursich, director del proyecto cultural, habla de los proyectos para salvarla
El malpensante, edición conmemorativa impresa que reproduce el número 1. |
Ahora que la revista cumple 18 años,
Mario Jursich, su director, afirma que la publicación sigue fiel a su
espíritu, pero renovado./Claudia Rubio./eltiempo.com
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La revista cultural independiente El malpensante llegó a la mayoría de edad y para celebrarlo ha querido
hacerlo de una manera no convencional. Los creadores volvieron a editar
el primer número, que circuló hace 18 años, pero con una imagen gráfica
renovada.
“En muchas formas es un compromiso entre decir
que nos mantenemos fieles al espíritu con que comenzó la revista y que
al mismo tiempo nos hemos renovado y que estamos escuchando las voces
contemporáneas”, explica su director, Mario Jursich, quien acepta la
difícil situación económica que vive el medio.
¿Cuál es la situación hoy de El malpensante?
Con sinceridad le digo que la situación no es
tan desesperada como parece, pero sí es crítica. Añadiéndole que la
crisis es el estado natural de estas publicaciones.
En esa línea, ¿qué proyectos tienen hacia el futuro?
La revista está en un proceso de reinvención.
Estamos haciendo una nueva página web, que va a empezar a publicar
contenido propio y no solo el que sale en la edición impresa. Para el
2015 tendremos nuevas secciones y nuevos columnistas. Además, este
miércoles se hará una cena en el restaurante Harry Sasson, que tiene el
propósito clarísimo de recaudar fondos para la Fundación El malpensante y
para la revista. Esto forma parte de una estrategia que están haciendo
muchos medios en el mundo para poder financiar sus publicaciones.
¿Qué papel cumplen las revistas culturales?
Creo que las revistas culturales en Colombia
rompen el circuito del plebiscito y el de la polarización. Lo que quiero
decir es que en el país, buena parte de las discusiones se traducen en
que se está a favor o en contra. En las revistas culturales se ha
tratado de introducir el factor de la complejidad, que hay zonas grises y
se han introducido la duda y la capacidad de aceptar contradicciones
que en un país como el nuestro no es una tarea menor.
¿Qué tan conectadas cree que están las audiencias nacientes con formatos como los de ustedes?
Cuando El malpensante empezó, nosotros
suponíamos que nuestro público iba a estar alrededor de los 35 años. En
la práctica resultó que los que nos leían era gente muy joven. Tenemos
un número muy amplio de gente en los sectores de últimos años de colegio
y universitarios. En ese sentido, la revista ha podido sintonizarse con
las inquietudes y aspiraciones de un público lector muy joven.
¿Cómo se da el diálogo entre esas audiencias: oyendo lo que quieren o marcándoles un derrotero?
Finalmente es como una especie de negociación,
entre el proyecto que uno tiene y lo que quieren las audiencias. Ahora,
me parece que en las revistas culturales siempre hay como el propósito
de descubrirle al público algo diferente a lo que previamente considera
que quisiera leer.
Edición conmemorativa
Con un diseño más fresco y fotos
inéditas, la
edición de 18 años de ‘El malpensante’ incluye, entre otros temas, ‘El
padre de mis hijos’, el único cuento de Antonio Caballero; ensayos de
Salman Rushdie y Gabriel Zaid; poemas inéditos de Gonzalo Rojas, y un
cuento de Rubem Fonseca, textos de Germán Espinosa, Mark Twain y la
correspondencia de Andrés Caicedo.