Lo cierto es que los escritores célebres no se libran de odios, que van muchas veces de lo personal a lo profesional
Nada nos hace más ilusión que leer
historias sobre escritores que odiaron a otros escritores clásicos,
porque nos hace sentir un poco menos mal cuando confesamos que odiamos
aquel libro clásico que nos debería emocionar o que antes comeríamos
alcachofas (un plato que no cuenta con mis simpatías) que leer algunas
de las obras del escritor en cuestión. Lo cierto es que los escritores
célebres no se libran de odios, que van muchas veces de los personal a
lo profesional. La lista de escritores que odiaron a otros escritores es muy diversa y variopinta. Están quienes odiaban a Jane Austen porque no era lo suficientes pasional o quienes despreciaban a Hemingway
porque es demasiado sencillo. Del odio no se libra ni siquiera William
Shakespeare, que cuenta con una lista de grandes odiadores.
Robert Greene. El
dramaturgo británico acusaba a Shakespeare de ser un amateur que había
sido engrandecido por encima de lo que merecía. Teniendo en cuenta que
son contemporáneos quizás sus críticas tuviesen un transfondo poco
objetivo.
Voltaire. El escritor padre de la literatura francesa moderna (y entusiasta consumidor de café:
deberían hacerle patrono oficioso de la industria cafetera) decía que
la obra de Shakespeare era “un enorme estercolero” y definía al escritor
como un “borracho salvaje”. No tiene pinta de que le cayese muy bien.
Samuel Johnson. El
padre del gran diccionario de la lengua inglesa era como uno de esos
comentaristas que siempre señalan las faltas de ortografía en internet.
Según él, no se podía leer más de seis líneas sin encontrar una falta.
“Quizás puedas encontrar siete, pero eso no cambia mi generalización”.
Tolstoi. Tolstoi era muy de visiones apasionadas y de cuestiones morales (que se lo digan si no a la pobre Sofía) y Shakespeare no le pareció lo suficiente profundo. Su obra era “rudimentaria, inmoral, vulgar y sin sentido”.
George Bernard Shaw. Lo odiaba, lo odiaba tanto como a Sir Walter Scott (a quien odiaba muchísimo) o incluso más. Odiaba más a Homero, eso sí.
Con información de Vidas secretas de grandes escritores, Mentalfloss,