Fue un poeta colombiano, abogado y magistrado de la corte de trabajo y de la corte militar. Ha sido calificado muchas veces como el mejor poeta de Colombia del siglo XX, pesar de su escasa obra
Morada al sur, editada en 1963 por el Ministerio de Educación de Colombia. |
- Aurelio Arturo, el hombre
No ha habido en Colombia poeta de
mayor significación que Aurelio Arturo, bien sea por la originalidad de
su canto, sin par en las letras colombianas, bien por la evocación
simbólico-metafórica del cosmos, de la naturaleza, del mundo que lo
rodeó y que le fue ensoñación en la añoranza. Nacía Aurelio Arturo
Martínez, el 22 de febrero de 1906, en la antigua Venta Quemada –en
cuyas montañas de Berruecos fueron sacrificados el Mariscal Sucre y el
poeta soldado Julio Arboleda-, hoy La Unión, departamento de Nariño. En
1925 ingresa a estudiar derecho en la Universidad Externado de Colombia,
profesión que ejercerá hasta el final de sus días, alcanzando el más
alto peldaño en la rama judicial, la de Magistrado. Habiendo ocupado
algunos cargos en la administración pública, tuvo la oportunidad de
viajar a los Estados Unidos, en donde perfeccionó su inglés, el que le
sirvió para conocer obras de algunos escritores anglosajones y
norteamericanos, a la vez que para traducirlos a nuestro idioma, y así
mismo la oportunidad de conocer poetas que serían de relevancia mundial,
como Yeoryos Seferis, Mijaíl Shólojov, Alexander Solzhenitsin, entre
muchos otros de igual importancia. En 1931, Rafael Maya publica en la
Crónica Literaria del periódico El País sus primeros poemas, y de ahí
siempre la admiración por lo novedoso de su estilo, tanto del escritor,
como del hombre.
- Obra editada
Hace algunos lustros
se difundió la errónea idea de que Aurelio Arturo había sido realmente
poco editado y que sus obra tenían una recepción reducida, quizá por la
afirmación que William Ospina hace al respecto, “Desconocido por su
pueblo, sigue siendo lo que fue en su vida: el más anónimo, el menos
editado y el más importante de los poetas de Colombia”, afirmación que
ha sido rebatida por críticos como Fernando Charry Lara, R. H.
Moreno-Durán, Hernando Cabarcas Antequera, Vicente Pérez Silva, entre
otros, en el que es quizá el principal estudio sobre la obra arturiana:
Aurelio Arturo, Obra poética completa, publicada por la Colección
Archivos en 2003.
Si bien Arturo publicó un solo libro, Morada al Sur, ediciones del Ministerio de Educación en 1963, donde aparecen 14
poemas, también es cierto que sus obras fueron publicadas en los
principales periódicos y revistas del país desde 1927, cuando aparece la
“Balada de Juan de la Cruz”, publicada por el Suplemento Literario
Ilustrado del diario El Espectador de Bogotá, muy significativa, ya que
por el semanario habían pasado las plumas de Francisco de Paula Rendón,
Carlos E. Restrepo, Baldomero Sanín Cano, Tomás Carrasquilla, Efe Gómez,
Luis Tejada, Armando Solano, Luis Eduardo Nieto Caballero, José Vicente
Combariza, Alberto Lleras Camargo, Rafael Maya, el caricaturista
Rendón, entre muchos otros. En 1928 publicará en el mismo magazín los
poemas “La voz del pequeño” y “Noche oscura”. En el mismo año publica en
la revista Universidad los poemas “La Vela” y “Balada de Max
Caparroja”, los cuales aparecen con el retrato del artista gráfico más
importante del momento, Lisandro Serrano.
Sus obras aparecerán en
las principales publicaciones literarias de Colombia, entre las cuales
tenemos: Cromos de Bogotá, La revista Cervantes de Manizales; El País de
Bogotá; Cántico; La Revista de América; Revista Pan; Sábado; La Revista
de las Indias; Cuadernillos de Poesía Colombiana de la Universidad
Pontificia Bolivariana de Medellín; Revista del Colegio Mayor del
Rosario; Revista de letras y artes Espiral; Golpe de Dados; Eco; En la
Antología Lírica publicada por Carlos Arturo Caparroso en 1951; la
Selección Samper Ortega de Literatura Colombiana No. 84, como Poetas de
La Naturaleza; Panorama de la Nueva Poesía Colombiana, publicada por
Fernando Arbeláez en 1949; Hojas de cultura popular en 1954); Jaime
Tello publica Rapsodia de Saulo en Colombia, el hombre y el paisaje
(1955); Andrés Holguín, los poemas Interludio, Morada al sur y Clima, en
Las mejores poesías colombianas (1959); Boletín Cultural y
Bibliográfico (1963); Panorama de la nueva poesía colombiana (1964);
Síntesis de la poesía colombiana (1964); 50 años de poesía colombiana
(1973). La Universidad Nacional de Colombia publica en la revista
trimestral de cultura moderna Morada al sur, Junio-agosto de 1945, No.
3, el cual aparecerá como texto en 1963, publicado por el Ministerio de
Educación, sin que el afán por la publicidad o los méritos fuesen su
preocupación. Aurelio Arturo muere en Bogotá el 24 de noviembre de 1974.
- Épica y trascendencia de su obra
Sin
duda alguna la obra cumbre de Aurelio Arturo es Morada al Sur, cuyo
poema central, que aparece como libro en 1963, publicado por el
Ministerio de Educación Nacional, con el que obtiene el premio Nacional
de Poesía, Guillermo Valencia. Es de anotar que Arturo despertó la
atención de los lectores desde sus primeras publicaciones, si bien
Morada al Sur, como anotamos, es su poema esencial, el resto de su obra
lo caracteriza como el poeta singular e inclasificable dentro del
panorama nacional, como se dijera en su momento. Puede decirse que sí
fue un poeta reconocido, atina a decir Oscar Torres Duque, que si bien
fue publicado, su obra, difícil de rumiar en un medio provinciano y
tardíamente moderno, no permitió generar un estudio crítico de su
poemario sino hasta después de su muerte.
Hay con seguridad en la obra de Arturo el deseo interno de renovar el pensamiento literario de su época, por ello ha sido difícil ubicarlo en cualesquiera de los grupos contemporáneos al desarrollo de su obra. Logra imprimirle una vitalidad a su obra, una vitalidad desde la tierra, era la manera como Arturo trataba de encauzar su intensa experiencia en un esquema formal previo; por eso sus poemas no son fruto de una apasionamiento momentáneo, sino de un apasionamiento meditado, planeado antes que construido, en ello denotamos que entre el pensar y el escribir hay un mecanismo complejo de ajuste; sin embargo, al tener el sentido de creador en su pensamiento, trata de plasmar un sentimiento, una pasión, y quizá su estilo es renovador dentro de las letras colombianas porque hay una en su obra una rara conjugación de lo lógico racional con lo pulsional entitivo, hay un acuerdo entre vida y escritura, quien lee Morada al Sur, parafraseando a Whitman, no lee un libro, lee a un hombre.
Hay con seguridad en la obra de Arturo el deseo interno de renovar el pensamiento literario de su época, por ello ha sido difícil ubicarlo en cualesquiera de los grupos contemporáneos al desarrollo de su obra. Logra imprimirle una vitalidad a su obra, una vitalidad desde la tierra, era la manera como Arturo trataba de encauzar su intensa experiencia en un esquema formal previo; por eso sus poemas no son fruto de una apasionamiento momentáneo, sino de un apasionamiento meditado, planeado antes que construido, en ello denotamos que entre el pensar y el escribir hay un mecanismo complejo de ajuste; sin embargo, al tener el sentido de creador en su pensamiento, trata de plasmar un sentimiento, una pasión, y quizá su estilo es renovador dentro de las letras colombianas porque hay una en su obra una rara conjugación de lo lógico racional con lo pulsional entitivo, hay un acuerdo entre vida y escritura, quien lee Morada al Sur, parafraseando a Whitman, no lee un libro, lee a un hombre.