De bodas y novios y parejas
Lloros y risas
Beatriz Anguiano
El día de la boda la novia lloraba hasta el hipo, la madre lloraba de
tristeza, el padre lloraba de rabia, las madrinas lloraban por solidaridad, y
el novio reía rumbo a Hawai.
Parejas
Rafael Arenales
Un hombre y una mujer se encuentran y se dan las manos, los cuerpos, las
almas y bailan.
Uno es en el otro y comulgan.
Se desgarran, se arman, se devoran, se amurallan, se abandonan. Se pudren
solos, deshabitados y ya muertos se acompañan hasta que la muerte los separe.
Peligrosas
Henri Michaux
Era del tipo de esas tibetanas a
la antigua que se casaban hasta con cinco hombres (a la vez, naturalmente) y
que sin duda los tenía en línea, y hasta los ponía en penitencia.
He visto a una de esas mujeres,
manejando el dinero y dando órdenes, sargentona entre mocetones recios y
dóciles de 1.80 m.
ConsejosJulio Torri
Si quieres
ser feliz una hora, bebe un vaso de buen vino. Si quieres serlo un día, toma un
baño. Si una semana, fornica una vez. Si un mes, púrgate. Si quieres ser
dichoso un año, cásate. Si quieres ser feliz toda la vida, no te cases.
Muso inspirador
Marta Nos
El Dr. J. F. debió renunciar a su cargo de asesor legal en el Congreso
cuando su esposa Carla escribió, detalló y hasta editó, con pelos y señales,
las palizas que antaño él le propinara.
El grueso volumen fue bestseller,
y Carla empezó a pucherear como Dios manda.
El Dr. J. F. no pudo desde entonces conseguir digno trabajo. Pero en cambio
ganó un juicio imposible sobre estímulo creativo y propiedad de textos.
Ahora comparte con Carla los derechos de autor.
Contrapeso
André Gide
Sucede que, en ciertas
asociaciones, conyugales o amistosas, que suponen la vida en común, el buen
sentido de la pareja o de la yunta, queda en cierto modo indiviso y que el
exceso de uno de los consortes provoca, a manera de contrapeso, un exceso
contrario del otro consorte. Así, el exceso de piedad de la mujer puede llevar
al marido al ateísmo; el uno se hace más negligente a medida que el otro, que
era sólo ordenado, se hace más minucioso; el uno más avaro a medida que el otro
más pródigo. Si el uno pone todo bajo llave, el otro, al contrario, deja todo
tirado. Análogamente, vemos en las mandíbulas de los roedores que un diente del
maxilar inferior se alarga cuando falta el diente correspondiente del maxilar
superior.
De Doxografías
Juan José
Arreola
El Capitán Francisco de Aldama a
la Flor de Conido:
“No olvide usted, señora, la
noche en que nuestras almas lucharon cuerpo a cuerpo”.
Una viuda inconsolable
Ambrose Bierce
Una mujer con gafas de luto
lloraba sobre una tumba.
—Consuélese, señora —dijo un
simpático forastero—. La misericordia del cielo es infinita. Habrá otro hombre
en alguna parte, además de su marido, que todavía puede hacerla feliz.
—Había —sollozó la mujer—, había,
pero ésta es su tumba.
Noche
de bodas
Henri Michaux
Si al entrar en vuestra casa el día de vuestra boda ponéis a vuestra mujer en remojo en un pozo y la dejáis en él durante toda la noche, la encontrareis atolondrada. Nada le valdrá el haber tenido siempre una vaga inquietud…
“¡Vaya, vaya!”
“¡Vaya, vaya”! dirá luego, ¿es eso el casamiento?
¿Esta es la razón por la cual se mantenía tan secreta su práctica? ¡Cómo he
caído en la trampa!”
Pero, sintiéndose vejada, no dirá nada. Razón para que
podáis sumergirla largamente y muchas veces, sin provocar ningún escándalo en
la vecindad.
Si ella no comprendiera la primera vez, poca
probabilidad tendrá de comprender ulteriormente, lo cual os proporcionará la
suerte de poder continuar esa práctica sin incidentes (excepto la bronquitis),
siempre que eso os interese.
En cuanto a mí, que experimento siempre más
malestar en el cuerpo de los otros que en el mío propio, he debido renunciar a
ella rápidamente.