El encuentro literario Centroamérica Cuenta celebra su segunda edición en Nicaragua. La cita trata de propiciar la comunicación entre los escritores de la región y hacia el exterior
La cita se celebra entre el 7 y el 10 de mayo. / Fernando Vicente./elpais.com |
"Centroamérica es un territorio cultural bastante desvalido. Las
políticas son en general casi nulas, y hay pocas editoriales, muy
pequeñas". El escritor y periodista nicaragüense Sergio Ramírez no se
anda con paños calientes al analizar el estado literario de su región.
Lleva años dándole vueltas a la odisea de escribir en "una entidad
cultural un tanto inválida", según sus propias palabras. El encuentro Centroamérica Cuenta
que preside el narrador celebra en Nicaragua su segunda edición entre
el 7 y el 10 de mayo, y pretende responder a las principales inquietudes
de creadores y lectores: cómo dedicarse a la literatura en un país sin
apenas editoriales y cómo acceder a unos títulos de difícil
distribución. "Un encuentro como este tiene una importancia fundamental
para la visibilidad de la región. A veces parece que Centroamérica, con
la excepción de México, no existe, y no es verdad", zanja el escritor español Luisgé Martín, participante en esta edición.
La cita tiene un doble objetivo. Primero, la voluntad de reunir y
materializar un sentimiento de pertenencia a Centroamérica que existe en
lo literario, pero no en lo práctico, según Ramírez. Pero además, abrir
vías de comunicación entre los países de la zona y hacia el exterior
para derribar "ese muro que hay en mitad del océano, y probablemente en
mitad de la propia Centroamérica", como explica Martín. De hecho, el
encuentro —que cuenta con la participación de 25 escritores de la región
y una decena de autores europeos— fue lanzado en 2013 gracias
principalmente al apoyo del Isntituto Goethe
y de las Embajadas alemana y francesa, aunque también cuenta con
financiación mexicana y española. "Dependemos en gran medida de la buena
voluntad de estos embajadores, así que seguimos buscando formas
alternativas de financiación", explica Ramírez.
Las temáticas de las distintas charlas, celebradas durante cuatro días entre los municipios de Managua y León,
a una distancia de 90 kilómetros, atestiguan las inquietudes del mundo
literario centroamericano. El encuentro no puede sino regresar, tras
tratarlo el pasado año, al problema de la falta de iniciativas
editoriales. "Publicar es un acto valiente, aquí apenas hay negocio",
reflexiona Ramírez. Pero también se abordan temas "cercanos al lector".
Por ejemplo, la situación de la novela negra (¿subgénero, o género de
pleno derecho?) y su vinculación con la violencia y el narcotráfico, una
mesa redonda en la que participa Martín: "No venimos a hacer ponencias
académicas ni a resolver nudos gordianos artísticos, sino a ofrecer
nuestra forma de mirar y a hablar de lo que ocurre en nuestros países".
El otro participante español, el poeta Manuel Vilas,
intervendrá en una charla sobre fútbol y literatura. "Ha preparado una
intervención sobre el Real Madrid, creo", cuenta entre risas Ramírez.
Las nuevas tecnologías y el libro electrónico tienen también su hueco
en el debate, pero desde una perspectiva algo extraterrestre desde la
óptica europea. Sergio Ramírez ve el e-book como una posible
forma de democratización de la lectura: "La irrupción del libro
electrónico en un país con la tradición editorial de España supone un
trauma, pero en Centroamérica es al revés. La posibilidad de que en una
aldea remota haya una bibloteca de 50.000 ejemplares en dos pantallas es
maravillosa". Aunque el escritor asume que su visión optimista del
fenómeno es también algo utópica. Como él mismo reconoce, solo un 18% de
la población nicaragüense tiene acceso a Internet de forma regular,
aunque el número de teléfonos móviles supere con creces sus seis
millones de habitantes.
El encuentro, aún recién nacido, empieza a dar sus frutos. Durante
estos días se presentan dos antologías bilingües de relatos escritos por
autores centroamericanos, una en francés y otra en alemán. Además, se
fallarán dos galardones premiados con estancias formativas en el
extranjero. "Hemos trazado un camino y vamos avanzando poco a poco",
resopla satisfecho Sergio Ramírez.