El padre de Mafalda, el humorista gráfico Joaquín Salvador Lavado, es reconocido cuando se celebra el 50 aniversario de la creación del popular cómic
Portada de un libro de Mafalda. |
Joaquín Salvador Lavado, Quino, en una imagen de archivo Emilia Gutiérrez ./lavanguardia.com |
El humorista gráfico Joaquín Salvador Lavado Quino (Mendoza, Argentina 1932), creador de Mafalda, ha sido galardonado hoy con el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2014.
Este
galardón le llega el mismo año en que se celebra el 50 aniversario de
la creación de este popular cómic, que ha sido traducido a más de 30
idiomas y llevado al cine y la televisión.
Su candidatura,
propuesta por el catedrático de Geografía y demógrafo Rafael Puyol, ya
había despertado la simpatía de muchos de los 18 miembros del jurado
antes de que ayer iniciasen en Oviedo las deliberaciones, bajo la
presidencia del director del Instituto Cervantes, Víctor de la Concha.
Hijo
de andaluces emigrados a Argentina en 1919, Quino adoptó la
nacionalidad española en 1990 y alterna su residencia entre Madrid y
Buenos Aires.
Reconocido como uno de los más destacados
humoristas gráficos internacionales, Quino alcanzó la fama con las tiras
de Mafalda, un personaje nacido para una campaña publicitaria frustrada
que empezó a publicarse en 1964 en el semanario Primera Plana, de la
capital argentina.
En esa serie, Quino reflejó el mundo de los
adultos visto desde los ojos de un grupo de niños en el que la
protagonista era una niña preguntona, inteligente, irónica,
inconformista, preocupada por la paz y los derechos humanos, que odia la
sopa y ama a los Beatles.
Las historias de este personaje
contestatario, que llegó a Europa en 1969 de la mano del Premio Príncipe
de Asturias Umberto Eco, que la definió como una "heroína iracunda", se
han publicado en diarios y revistas de todo el mundo.
En 1973,
Quino dejó de dibujarla, aunque el interés por Mafalda ha seguido
vigente hasta la actualidad, con sus libros reimprimiéndose y
adaptándose a las nuevas tecnologías, disponibles en formato digital.
Tras
esa etapa, Quino se entregó a un humor más ácido y negro, destinado en
mayor medida a un público adulto y que ha ido recopilando en su
colección de libros de humor.
Entre los más recientes se
encuentran "¡Qué presente impresentable!" (2005), "La aventura de comer"
(2007) y "¿Quién anda ahí?" (2013).
La candidatura de Quino se
impuso en las últimas votaciones del jurado al periodista mexicano
Jacobo Zabludovsky, al filósofo Emilio Lledó, la periodista congoleña
Caddy Adzuba y el biólogo español afincado en Estados Unidos Francisco
José Ayala.
El galardón de Comunicación y Humanidades, al que
este año optaban veintiuna candidaturas, ha sido concedido, entre otros,
a Annie Leibovitz, Shigeru Miyamoto, The Royal Society, los diarios El
País, El Espectador y El Tiempo, Luis María Anson, la Agencia Efe,
Václav Havel, la CNN, Umberto Eco, George Steiner, Hans Magnus
Enzensberger y Ryszard Kapuscinski.
El premio está dotado con una
escultura diseñada por Joan Miró -símbolo representativo del galardón-,
50.000 euros en metálico, un diploma y una insignia.
En esta
XXXIV edición de los galardones se han fallado ya los premios de Artes,
otorgado al arquitecto estadounidense Frank Gehry, y el de Ciencias
Sociales, que recayó la semana pasada en el hispanista francés Joseph
Pérez.
La reflexión sociopolítica desde el humor
Heredero, según dice, del carácter trágico y el humor negro de Andalucía, de donde procedían sus padres, Quino nació en Mendoza, en el oeste de Argentina, el 17 de julio de 1932, año en el que sus padres llegaron al país.
Heredero, según dice, del carácter trágico y el humor negro de Andalucía, de donde procedían sus padres, Quino nació en Mendoza, en el oeste de Argentina, el 17 de julio de 1932, año en el que sus padres llegaron al país.
En 1945, tras la muerte de su madre comenzó a estudiar
dibujo en la Escuela de Bellas Artes de Mendoza pero cuatro años después
los abandonó al decantarse por el mundo gráfico y la historieta con el
nombre de Quino, como le llamaban de pequeño para distinguirlo de su
tío, el ilustrador Joaquín, quien despertó su vocación de dibujante.
En
1954 se trasladó a Buenos Aires, donde consiguió publicar su primera
página de humor gráfico en el semanario "Esto es". A partir de 1957
publicó regularmente en medios como "Rico Tipo", "Dr. Merengue" o "Tía
Vicenta" y también en ilustraciones de campañas publicitarias.
En
1962 hizo su primera exposición en Buenos Aires y en 1963 publicó su
primer libro de humor, "Mundo Quino", una recopilación de sus dibujos.
Mafalda
apareció por primera vez en "Gregorio", el suplemento de humor de la
revista "Leoplán" el 29 de septiembre de 1964, y pasó a publicarse
regularmente en el semanal "Primera Plana", de Buenos Aires.
La
niña rebelde que se ha convertido en uno de los mayores iconos de la
cultura popular nació de un encargo para una compañía de
electrodomésticos quería un personaje que comenzara con "M", la inicial
de Mansfield, que no llegó nunca a publicarse porque la firma fracasó.
Sin
embargo, Mafalda fue creciendo y reflejando el mundo que le rodeaba en
los años 60, las inquietudes sociales y políticas de una familia de
clase media argentina, tan comunes a tantas sociedades: la injusticia,
la guerra, el racismo...
Sus amigos, el materialista Manolito; el
soñador Felipe; la chismosa Susanita; el inocente Miguelito; el tierno
Guille, y la izquierdista Libertad, ayudaron al componer un mosaico
social que trascendió fronteras, pues las tiras fueron traducidas a 30
idiomas y llevadas al cine y la televisión.
A Quino siempre le ha
admirado que la gente le agradezca cómo sus historietas les abrieron
"la cabeza y el pensamiento", porque asegura que él nunca fue muy
consciente del alcance de su labor.
"Yo hacía mi trabajo y nada
más", señala el dibujante, que se leía cada mañana "tres o cuatro
periódicos" para inspirarse y que apunta como único mérito el tener "una
especie de antenita" para saber captar el ambiente.
La tira con
las aventuras de Mafalda pronto alcanzó el éxito y en marzo de 1965
comenzó a publicarse en el diario El Mundo, en el que siguió apareciendo
hasta el cierre de esa publicación, en diciembre de 1967; Mafalda y sus
aventuras continuaron en el semanario Siete días.
En 1969 se
publicó el primer libro de Mafalda fuera de Argentina ("Mafalda la
contestataria") en Italia; en 1970 llegó a España, donde la censura
franquista obligó a los editores a ponerle una franja en la tapa con la
leyenda "para adultos".
En 1972 Quino publicó su segundo libro de humor gráfico titulado "A mí no me grite" y en 1973, el tercero: "Yo que usted".
Ese mismo año, Quino decidió dejar de dibujar Mafalda, si bien recuperó el personaje en varias ocasiones por causas benéficas.
En 1976 Quino se trasladó a Milán y tres años más tarde dejó Siete días para publicar en el diario Clarín.
Galardonado
con el título de dibujante del Año 1983 en Argentina, en esas fechas
vio la luz su compendio "Ni arte ni parte" y en 1987 "Si, cariño...".
En
1989, para celebrar los 25 años de la publicación de la primera tira de
Mafalda, se organizó la exposición "Mafalda Inédita" y tres años
después, Madrid acogió una gran muestra titulada "El Mundo de Mafalda", y
en 1999 vio la luz "¡Qué mala es la gente!".
Quino, galardonado
hoy con el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, ha
recibido infinidad de galardones a lo largo de su carrera, entre ellos
la Encomienda de Isabel la Católica de España y la Medalla de la Orden
de la Artes y las Letras de Francia y la insignia de oficial de la
Legión de Honor francesa.
"Le estamos enormemente agradecidos,
por habernos hecho sonreír y reflexionar al mismo tiempo", le dijo la
ministra de Cultura de Francia, Aurélie Filipetti, en diciembre de 2012,
cuando le entregó la Orden de las Artes y la Letras.
En los
últimos años se ha dedicado principalmente a la pintura y a gestionar la
difusión de sus dibujos, ya que en 2009 anunció que dejaba de dibujar
por un tiempo para evitar repetirse.
Y es que, aquéllas tiras de
hace medio "todavía pueden aplicarse a cuestiones de hoy, la temática
sigue muy vigente y es muy entendible", dijo en enero pasado Quino,
viviendo todavía en la "sorpresa" del éxito de su trabajo.