La escritora y activista presentará su próximo libro en Barcelona el 27 de marzo en el CCCB
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Naomi Klein, activista y escritora./ Àlex Garcia./lavanguardia.com |
Para luchar contra el cambio climático, hay luchar contra la actual forma de capitalismo. Es la tesis de la última obra de Naomi Klein, Esto lo cambia todo: el capitalismo contra el clima (Paidós), que se presentará el 27 de marzo en el CCCB de Barcelona (http://bit.ly/1CbvSWI).
La
autora es considerada como una de las ideólogas del movimiento
altermundista y en contra la globalización. Su libro “No logo” se
convirtió rápidamente en el manifiesto de una corriente crítica contra
el capitalismo salvaje. Y su otro título, “La doctrina del shock”, fue
número uno internacional en ventas.
Con este último trabajo, una
investigación laboriosa y documentada de 700 páginas, Klein vuelve a
acusar al actual sistema económico, por no querer impulsar las reformas
necesarias a evitar la catástrofe del planeta: el calentamiento de la
atmósfera. “No hemos hecho las cosas necesarias para reducir las
emisiones porque todas estas cosas entran en un conflicto de base con el
capitalismo desregulado. Estamos atascados porque las acciones que nos
ofrecerían las mejores posibilidades de eludir la catástrofe son
sumamente amenazadoras para un élite minoritaria que mantiene un
particular dominio sobre nuestra economía”, escribe.
Klein cita
una multitud de fuentes que demuestran como la situación de deterioro
del planeta, con el aprovechamiento excesivo de los recursos naturales y
el consumo de combustibles fósiles está teniendo un impacto devastador
sobre el clima. Y cada vez la situación va a peor: en la década de 1990
las emisiones globales crecían a un ritmo del 1% anual. Con la entrada
del nuevo milenio, con mercados como el de China integrados en la
economía mundial, el ritmo de aumento anual alcanzó el 3,4% durante
buena parte de la primera década del siglo XXI.
Las dos señas de
identidad de este fenómeno han sido por un lado “la exportación masiva
de productos a larguísimas distancias, quemando carbono sin piedad” y
por el otro “la importación en todos los rincones del mundo de un modelo
de producción, consumo y agricultura despilfarrador”.
El reto,
según Klein, es de gran magnitud. En la última cumbre del clima de
Copenhague (Dinamarca) los gobiernos de los países más contaminantes
firmaron un acuerdo no vinculante por el que se comprometían a impedir
que las temperaturas aumentaran más de 2ºC por encima del nivel en el
que se encontraban antes de que empezáramos a propulsar nuestras
economías con la energía del carbón
Pues bien, para cumplir con
los límites, los países ricos deberían recortar las emisiones en torno a
un 8-10%, “lo que es sencillamente imposible para un mercado libre. De
hecho el nivel de disminución de las emisiones sólo se ha producido en
el contexto de algún colapso económico o de depresiones muy profundas”,
señala Klein.
¿Qué hacer? La autora cree la del cambio climático
“es una batalla entre el capitalismo y el planeta. Y ahora mismo el
capitalismo la está ganando con holgura. Necesitamos un modelo económico
totalmente nuevo. Necesitamos evolucionar”.
La responsabilidad
está en manos de la sociedad, en particular de todos aquellos
movimientos de distinta índole e origen, que aspiran a cambios sociales.
El problema es que hasta ahora sus reivindicaciones han caído en saco
roto. Y Klein hace autocrítica. “Buena parte de la movilización contra
el cambio climático perdió unas décadas preciosas tratando de cuadrar el
círculo de la crisis del clima para que encajara en el molde que le
marcaba el capitalismo desregulado, buscando una y otra vez vías que
permitieran que el mercado mismo resolviera el problema”.
La
autora cree que ha llegado la hora de dar un paso más, que supondrá el
cuestionamiento de las estructuras económicas existentes.”Si la justicia
climática se impone, los costes económicos para nuestras élites serán
reales, no solo por el carbono que se deje en el subsuelo sin extraer,
sino también por las regulaciones, los impuestos y las políticas
sociales que habrá que aplicar para emprender la transformación
necesaria. Estas nuevas contribuciones exigidas a los ultrarricos podrán
suponer, en la práctica, el fin de la era de los oligarcas de Davos”.
Klein
que el momento es propicio para actuar, porque “la ideología del libre
mercado ha quedado desacreditada tras décadas de desigualdad y
corrupción crecientes, que le han restado buena parte de su anterior
poder persuasivo”.
Se trata, en sus palabras, de poner en marcha un
nuevo Plan Marshall sobre el clima. “Podemos transformar nuestra
economía para que sea menos intensiva en recursos, potenciar la
expansión y la creación de empleo en los sectores bajos en carbono y la
contracción de aquellos sectores “altos en carbono”.
¿Quién debe
liderar este proceso? Naomi Klein invoca una “resistencia masiva”, en
manos a distintos movimientos, que, a su vez, tienen su origen en
reivindicaciones antiguas, como ya ocurrió con el apartheid, el
movimiento feminista, la lucha para los derechos homosexuales, los
movimientos de la soberanía indígena.
En sus páginas finales, la
autora llega a comparar la próxima revolución sobre el clima como la
lucha que se llevó, siglos atrás, para la abolición de la esclavitud.
“La dependencia que la economía estadounidense tenía de la mano de obra
esclava, especialmente en los estados sureños, sí es comparable con la
dependencia de los combustibles fósiles que evidencia la economía global
moderna”.
El libro gustará a los lectores dotados de con
espíritu reivindicativo y aquellos más sensibles a temas
medioambientales. En cambio, al hombre de Davos que circula con el
todoterreno a todo gas por la nieve es posible no le entusiasme
demasiado y que opte por pegarse un baño en su Jacuzzi caliente.