lunes, 19 de agosto de 2013

Decálogo puñetero para la revisión de una novela

Los libros no se hacen como los niños sino como las pirámides, con un diseño premeditado, y añadiendo grandes bloques, uno sobre otro, a fuerza de riñones, tiempo y sudor. Gustave Flaubert

Escribir no es más que contar palabras con arte/isabelcanelles.es

 

1. ¿Siguen los personajes principales sus propios impulsos, o da la impresión de que alguien los mueve desde el exterior como si fueran marionetas? ¿Se los describe por medio de sus actos concretos, o es el narrador el que emite juicios abstractos sobre ellos?
2. ¿Se puede seguir sin problemas una historia superficial, concreta, y otra profunda? ¿Marchan las dos al mismo ritmo? ¿No se pierde nunca el hilo de la acción ni el de la trama?
3. ¿Están colocados los hechos de la mejor forma posible? ¿Y graduada su importancia? ¿Hay tensión narrativa? ¿Apetece seguir leyendo la novela en cada momento?
4. ¿Aparece el personaje en los primeros párrafos? ¿Entran ganas de saber más cosas de él desde un primer momento? ¿Invita al lector a que se implique en la historia? ¿Nos guían los personajes principales a lo largo de toda la novela? ¿No huyen en ningún momento, dejando desamparado al lector?
5. ¿Acabamos empatizando con el protagonista, con todos sus defectos y debilidades? ¿Hay una aproximación afectiva del lector hacia la historia?
6. ¿Se exponen otras visiones del mundo que la del autor? ¿Se han explorado a fondo?
7. ¿Se juega limpio con los personajes principales, o se les fuerza a hacer trampas? ¿Está bien complementado el carácter de los personajes secundarios con sus respectivas funciones? ¿Hablan los personajes? ¿Se utiliza lo bastante el diálogo, o se elude en algún momento?
8. ¿Cómo está modulada la voz del narrador? ¿No se señala a sí misma? ¿Se ha elegido el mejor punto de vista posible para que los hechos resulten verosímiles?
9. ¿Están todos los elementos de la obra conectados? ¿Da ésta la impresión de totalidad? ¿Hay un avance continuo en la configuración de los personajes a la vez que permanece en ellos una esencia inalterable en cada momento?
10. Tras cerrar el libro, ¿guardamos la sensación de haber convivido junto a unos personajes coherentes, humanos, imprevisibles, tan mortales como nosotros, y de los que se puede sacar lección universal?