viernes, 16 de agosto de 2013

Viajes circulares en Dublín, con Enrique Vila-Matas

Sé que es tan inoportuno hablar del Bloomsday en agosto como pensar en lo que harás en tu próximo cumpleaños, diez meses antes

John Ryan, Anthony Cronin, Flann O’Brien y Patrick Kavanagh, junto a un hombre no identificado, en la playa de Sandymount, celebrando el  Bloomsday en  1954, por el 50 aniversario del día en que se desarrolla la novela Ulises, de James Joyce./elpais.com

Y no es mi intención referirme a esa gran celebración del turismo literario que se escenifica en Dublín cada 16 de junio, con el recorrido de la célebre jornada del Ulises de James Joyce. Mi intención es acercarme al penoso periplo de Samuel Riba “-Riba para todo el mundo-“, el personaje de Dublinesca, de Enrique Vila-Matas. Un editor literario arruinado, sin plan alguno para su futuro, confundido ante la aburrida lucidez de una existencia sin alcohol, incapaz de enfrentarse a su propia persona sin la impostación del personaje que hasta entonces fue. O creyó ser. Su decisión repentina de ir a Dublín, con la inquietud de que se cumpla o no un sueño nefasto, es lo que nos lleva a una particular celebración del Bloomsday. Un viaje en el que realizará un paródico rito fúnebre por la muerte de la era de la imprenta.
“Hora: justo después de las once de la mañana.
Día: 15 de junio de 2008, domingo.
Estilo: Lineal. Se entiende todo. Guarda un aire familiar con el capítulo sexto de Ulysses, donde encontramos a Joyce lúcido y lógico, que introduce de vez en cuando pensamientos de Bloom que el lector sigue con facilidad.
Lugar: Aeropuerto de Dublín.
Personajes. Javier, Ricardo, Nietzky y Riba.
Acción: Javier, Ricardo y Nietzky, que llevan ya un día en Dublín, reciben en el aeropuerto a Riba. La idea es celebrar mañana, al caer de la tarde y antes de visitar la Torre Martello, las honras fúnebres de la galaxia Gutenberg. ¿Dónde? Hace ya días que Riba delegó en Nietzky la decisión, y éste ha pensado, con buen tino, que el cementerio católico de Glasnevin – antes Prospect Cemetery, donde entierran a Paddy Dignam en Ulysses—podría ser un lugar adecuado. Pero del funeral no saben nada todavía ni Ricardo ni Javier. (…) Por otra parte, los tres escritores y amigos de Riba son ya, sin ellos saberlo, las réplicas vivientes de los tres personajes – Simon Dedalus, Martin Cunningham y John Power—que acompañan a Bloom en la caravana fúnebre del sexto capítulo de Ulysses. Satisfacción secreta de Riba”. 

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Interior de la Torre Martello, en Sandycove

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Cementerio de Glasnevin, Dublín

Otro de los propósitos de este viaje de Riba a Dublín es la fundación de la Orden de Caballeros del Finnegans, secta que, en efecto, fue fundada en esas fechas en 2008, por el propio Vila-Matas y otros escritores como Eduardo Lago, Antonio y Jordi Soler, Marcos Giralt y Malcolm Otero Barral. La principal obligación de sus miembros es: venerar la obra (Finnegan’s Wake) e, indefectiblemente, asistir a Dublín cada 16 de junio en una jornada de Bloomsday que acaba en la Torre Martello (donde se inicia la novela) en Sandycove --“y allí sentirse de una raza ya antigua que empezó como el mar, sin nombre ni horizonte, y que hoy corre ya peligro de extinguirse”, se añade en la novela--,  donde leen unos fragmentos. En ese mismo acto se nombra a un nuevo caballero. Tras la ceremonia caminan hasta el pub Finnegans en la vecina población de Dalkey donde dan fin a su acto anual”.

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Miembros de la Orden de Caballeros del Fiinnegans
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Un corto viaje en tren lleva de Dublín a Sandycove, de perfil a un paisaje en el que se insinúa el mar. A pocos metros de la pequeña estación está el paseo marítimo, un parque, la pequeña playa y, al lado, la célebre torre Martello.  “Han subido por la estrecha escalera de caracol hasta la redonda plataforma de tiro, y allí contemplan ahora en silencio el mar de Irlanda”. Cuando estuve allí, grabé este video de toda la circunferencia de las vistas.


Riba y sus amigos. Riba y su soledad, sus flaquezas. En Dublinesca se hace un patético y heroico paseo por los escenarios de un teatro –la novela de Joyce- que acoge a los peores actores ---otros escritores—y a ningún público. Quizá Celia, la mujer de Riba, sea la única en esa sala de butacas imposible. Pero no, ella es la destinataria –y actriz-- de esa pesadilla que él ha ido a poner en escena. Un viaje circular entre verdad, ficción, deseo y literatura. Sucumbir ante nuestros sueños e inventar realidades viene a ser algo parecido. Como escribir y vivir.  
Fietta Jarque es autora de la novela Yo me perdono (Alfaguara)