La autoedición ya representa el cuarenta y tres por ciento del total de libros publicados. Tres plataformas están entre las siete empresas con mayor número de títulos
El boom de la autoedición reinventa modelos editoriales./ Doug Ross./lavanguardia.com
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En Estados Unidos, el número de libros autoeditados
-tanto en papel como en digital- está creciendo vertiginosamente, un
287% desde el 2006, y ya suponen 235.000 títulos, un 43 % del total. En
Francia, una encuesta de Le Figaro revelaba que el 6% de los franceses,
2,5 millones de personas, tienen en sus casas un manuscrito que desean
publicar y el auge de la autoedición ha obligado a que Hachette filtrara
un contra manifiesto para defender el papel del editor clásico. En
España, en la lista de editoriales que publican más títulos de ficción
-después de Harlequin, editorial de literatura romántica, y Linkgua,
dedicada a títulos de literatura clásica para docencia-, figuran tres
plataformas que venden sus servicios a quienes quieran publicar sus
libros. En el año 2011 había registrados 8.613 autores-editores.
La
tecnología digital -como sucedió con la aparición masiva de fotógrafos
aficionados- amplía las posibilidades de publicación para debutantes o
para escritores ya reconocidos y obligará a los editores tradicionales a
renovar su modelo. Pero el fenómeno crea muchas incógnitas.
"Las
únicas personas necesarias en el proceso de edición son ahora el
escritor y el lector. Todo aquel que esté entre ambos asume a la vez
riesgo y oportunidad", sentencia Russell Grandinetti, uno de los máximos
ejecutivos de Amazon. Según Bowker, la agencia que gestiona el registro
de títulos (ISBN) en EE.UU., CreateSpace de Amazon, con 58.412 títulos
copa el 39 % del mercado de libro impreso autoeditado, mientras que
Smashwords publicó 40.608 títulos autoeditados en digital, el 47% del
total. En un mercado como el estadounidense, donde el libro digital ya
tiene una cuota del 23%, las ventas de e-books autopublicados sólo
representa entre el 3 y el 5 % de la facturación, entre 20 y 30 millones
de dólares, suficiente, sin embargo, para que los editores intenten no
dejar escapar este segmento.
Aurelio Major, poeta, traductor,
editor y asesor en España de cuatro editoriales europeas, es un buen
conocedor del mundo de la edición en América y Europa. "Al final -dice-,
lo que quiere el autor es llamar la atención de una editorial de
prestigio para que le publique. Lo importante es que el autor que se
autoedita tenga oficio, que el libro que ha escrito tenga por lo menos
la mínima calidad para satisfacer las mínimas exigencias del lector. No
es cierto que quien quiera escribir un libro lo pueda hacer sin
formación previa".
Algunas plataformas han convertido al autor en
cliente. Los beneficios no los aporta el lector, sino el autor, que
puede llegar a pagar hasta 4.000-5.000 euros por ver publicado su libro.
El precio dependerá de la cubierta, de la maquetación, del diseño, del
corrector de estilo, mecanografía y ortografía, marketing, tareas
legales, red de lectores, distribución, etcétera. Major cree que el
verdadero interés de las grandes corporaciones como Amazon, Apple o
Google es la de conseguir consumidores. "Sólo el 5 % de la facturación
de Amazon procede de los libros. El resto procede de las compras de
otros productos. Lo que les interesa es que haya mucho tráfico. Llegan a
reunir un caudal de información personal de cada cliente tan inmenso
que pueden ofrecerle publicidad de otros productos a medida. La cuestión
es tenernos conectados todo el tiempo a una gran tienda". La ventaja de
Amazon es que ofrece al autor el 70% de los beneficios y les informa al
día de cuántos libros y dónde se venden, algo que muchos editores
ocultan.
¿Qué temas tratan los libros autoeditados? En EE.UU.,
los que tienen más éxito son novelas de amor, el soft porn y fantasía,
que estaban infrarrepresentados en la edición clásica. E.L. James (50
sombras de Grey) empezó autoeditándose. Otra parte es lo que en el mundo
anglosajón llaman Vanity publishing, la sastisfacción de tener un libro
publicado, aunque no tenga más lectores que los familiares. Hay otra
autoedición, Printed Matter, que en España tiene su eco en la feria
Libros Mutantes de Madrid o Arts Libris en Barcelona, libros
exquisitamente editados.
Arantxa Mellado, que asesora a autores y
editores para vender libros digitales, elaboró un informe en el que
señala las inmensas ventajas y los inconvenientes de lo que llama "edad
de oro de la autoedición". El autor está en situación de replantear su
relación con el editor para controlar más su obra y aumentar su
porcentaje de beneficios (ahora un 10% en papel). Podría contratar él
los servicios editoriales que necesite, prescindiendo incluso del
editor.
Aurelio Major disiente. "Stephen King intentaron
autoeditarse y él ha hecho marcha atrás. Para las ventas millonarias
hace falta un departamento de marketing impresionante y el autor no
puede dedicarse a ello. Muchos autores autoeditados logran un éxito
momentáneo según su capacidad de activar sus redes sociales. En Amazon,
por ejemplo, se ha descubierto que pagaban a reseñistas para que
elogiaran el libro y obtener así más presencia. A las corporaciones les
interesa vender libros a los precios más bajos posibles, porque no es su
negocio, y eso es un peligro, porque la buena literatura puede pasar a
no valer nada".