"Amigo mío, respira esta insignificancia que nos rodea, es la clave de la sabiduría, es la clave del buen humor...". Esta frase de uno de los personaje de La fiesta de la insignificancia, la nueva y esperada novela de Milan Kundera que define el alma de esta breve sátira sobre la existencia
Milan Kundera, autor checo nacionalizado francés publica La fiesta de la insignificancia./lainformacion.com |
Portada La fiesta de la insignificancia, ya está en las librerías de las dos orillas del grancharco. |
Publicada por Tusquets, La fiesta de la insignificancia es la cuarta novela del escritor checo escrita en
francés. Una novela muy esperada, ya que desde La ignorancia,
publicada en 2002, el autor de La insoportable levedad del ser no
había publicado nada.
Envuelta en un aparente liviandad y con una estructura musical trabajada al límite, Kundera, que vive en Francia
desde 1975, abunda en temas como la maternidad o las relaciones entre
madres e hijos, la infancia, la sexualidad, el poder, el perdón, la
existencia y, en este caso, la masificación y decadencia del arte y la
belleza o la falta de individualización en la sociedad contemporánea.
Una novela que puede interpretarse como el resumen de toda su obra y que en Francia e Italia,
donde ya ha salido, ha sido un éxito absoluto y donde ha sido
calificada por algunos críticos como "una fiesta de la inteligencia" o
"una novela alegre y cómica sobre la seriedad".
Y es que Kundera
(Brno, 1929) a través de sus cuatro personajes mete el cuchillo en los
asuntos más serios de la civilización contemporánea como si la vida
fuera una mantequilla blanda y penetrable.
En La fiesta de la insignificancia pasean Alain, que camina lentamente por las calles de París
observando los ombligos de las jovencitas entre el borde del pantalones
de cintura baja y las camisetas muy cortas y Ramón, un viejo profesor
que ama ver una exposición de Chagall pero renuncia a hacerlo por las
largas colas y que padece (o no) cáncer.
Además de Charles, que relata anécdotas de Stalin
y las bromas que contaba y de las que nadie se reía y Caliban, que
contrata camareros para organizar un cóctel y quien se ha inventado un
falso idioma.
Todos pasean por los jardines de
Luxemburgo en París, otro símbolo de la novela y una metáfora de la
indiferencia de los jóvenes por la belleza y la historia.
Traducida
al español del francés por la editora Beatriz de Moura, Kundera pone
el foco en el ombligo de las chicas como metáfora de la sociedad de hoy.
El
humor inyectado como elemento fundamental para distanciarse de temas
graves y dolorosos ha sido una de las contantes de Milan Kundera, como
en La inmortalidad, donde Goethe y Hemingway pasean juntos durante muchos capítulos, charlan y se divierten.
Y
en La lentitud, una narración con tres historias, espacios y tiempos
entrelazados, Vera la esposa del autor dice a su marido: "Me has dicho
muchas veces que un día escribirías una novela en la que no habría
ninguna palabra seria...Te lo advierto: ve con cuidado: tus enemigos
acechan...".
Pues ahí esta nueva novela que está a la venta
en español de un Kundera que vuelve a reivindicar la contemplación, la
lentitud, el juego, la distancia y el humor, contra una sociedad cada
vez más desmemoriada y en decadencia cultural y con una enfermedad como
el cáncer flotando en el aire.