La prostitución y la trata de personas son el tema central del thriller Milena y el fémur más bello del mundo, novela con la que obtuvo el Premio Planeta 2014
|
Jorge Zepeda Patterson, autor mexicano de Milena y el fémur más bello del mundo./semana.com
|
Jorge Zepeda Patterson está impaciente por tomar un café. Comienza a
hablar de su última novela, la segunda que ha escrito y la que lo hizo
merecedor del Premio Planeta 2014. El mexicano se ve analítico, su voz
es un murmullo, como si no quisiera que alguien más escuche.
Lleva la barba de varios días y todo él parece un detective. O mejor aún, se delata como el que escritor de thrillers que es, un oficio al que llegó luego de 20 años como periodista.
En su libro Milena o el fémur más bello del mundo narra, sin
guardarse descripciones, las travesías de una prostituta croata de
piernas largas y belleza inigualable que, víctima de la trata de
personas, es obligada a satisfacer los deseos sexuales de adinerados
clientes de Marbella (España) y México D.F.
Ella, cansada escuchar una y otra vez cómo sus clientes justifican el
hecho de contratar sus servicios, escribe sus relatos en una libreta
negra que muchos quieren destruir y que se convierte en su pasaporte
entre la vida y la muerte.
Después del fallecimiento de su protector y en su camino hacia la
libertad, Milena se encuentra con los Azules, un grupo de amigos que, al
estilo una Liga de la Justicia sin superpoderes, busca sacarla de su
mundo y descubrir el contenido de su libreta. Semana.com* habló con el
autor.
¿Es su novela una denuncia en contra de la trata de personas?
No hice una novela para hacer crítica
social. Creo que la novela de denuncia y aquella que tiene una agenda
política acaba siendo una mala literatura. Lo que quería era abordar la
historia de un ser humano en una condición al límite y contar cuáles son
los espacios que tiene para responder a esos designios. Pensé que una
víctima de estas redes atroces podría ser dar el contexto para tratar
este tema.
Sus antecedentes periodísticos hacen que aborde el
tema con mucha investigación y datos reales, ¿cómo fue este proceso?
Mucha bibliografía. Entrevistas a algunos policías en
México y en España dedicados al tema, gente que está en casas de refugio
y reporteros de la nota roja que cubren estos asuntos, sobre todo de
mafias. Mi experiencia como periodista también me hacía tener
antecedentes sobre lo que estaba arriba de esto, es decir, los
titiriteros, más allá de la trata misma, las complicidades que existen
con autoridades, el lavado de dinero y el vínculo que hay entre la trata
de personas y otras actividades delincuenciales.
En una casa de refugio conoció a una chica, víctima de trata de personas, ¿qué de ella hay en este libro?
Básicamente, la situación. En efecto, en una visita
como periodista a una casa de acogida en México vi a una venezolana que
había escapado del table dance. La habían golpeado terriblemente, había
acabado en un hospital y de ahí la remitieron a la casa de refugio donde
podía estar más segura, pues podían venir por ella. A pesar de que
estaba en muy mal estado físico, era el ser humano más hermoso que yo
había visto hasta entonces. Me sacudió la paradoja que significaba el
grado de desgracia que estaba experimentando ella. Tuve la sensación de
que si no hubiera sido tan bella, probablemente no hubiera estado en
esta situación tan trágica.
Entonces, ¿la belleza condena?
En algunas ocasiones sí, aunque en la mayoría de los
casos es un activo. Está documentado que las personas atractivas tienen
más posibilidades de ser exitosas, por no hablar de actividades
estrictamente vinculadas a la belleza. Pero la vida es interesante
justamente porque tiene tantas excepcionalidades, unas de ellas tiene un
sentido trágico.
Normalmente, no se alcanzan a palpar estos temas en el día a día...
Uno puede ver una prostituta en una esquina y no saber
la modalidad de prostitución. También hay niños que piden monedas en la
calle que pueden estar siendo víctimas de una red de trata. La trata de
personas ya le disputa al tráfico de armas la actividad ilícita
internacional más remunerada después de las drogas. Y es que, como dice
uno de los personajes de la novela, la droga es una mercancía que se
vende una sola vez, a una mujer la puedes vender todas las noches.
A pesar de todas las situaciones que vive Milena, surge una luz de esperanza…
Hay escenas brutales. Todo el tema de sojuzgamiento lo
tienen muy aceptado en la vida real y es trasladado a la novela, también
la manera en que los victimarios desmontan toda posibilidad de
resistencia de un ser humano y los deshumanizan hasta que se rinde a su
voluntad. Sin embargo, no es una historia de desesperanza, porque vemos
que Milena hace lo necesario para mantener una cierta pureza de espíritu
y para sentir que esas experiencias repugnantes durante tres horas en
la noche no la manchan. La perspectiva de sobrevivir y de hacer pagar lo
que le han hecho, nos cuenta que, si nos lo proponemos, podemos ser
capitanes de nuestro destino.
¿Qué del Jorge periodista le transmite al Jorge escritor?
Como periodista y por lo cierres de los periódicos, uno
se acostumbra a que tiene que ir escribiendo en cualquier lado. Por
otro lado, yo siempre he sido un observador de la vida y, sin hacerlo
consciente, comienzo a teclear rasgos de una persona o una escena y
luego me doy cuenta de que es algo que había observado: he contemplado
una docena de veces la manera en que un hombre de poder toma el teléfono
y llama a su secretaria para algo. Entonces, cuando quiero meter un
poco de movimiento en la escena, suelo incluir eso y puede que haya una
página completa que sea el resultado de una gran cantidad de
experiencias periodísticas acumuladas.
Sin embargo, aquí no tiene la presión del día a día…
A pesar de eso, hay ocasiones en las que estoy a la
mitad de un capitulo y, si debo salir por algo o algún compromiso, me
urge regresar a la casa para saber cómo va a terminar el capítulo,
porque escribiendo es que cuaja. Escribir novelas es como ir de Bogotá a
Medellín con neblina, sabes a dónde vas a llegar eventualmente, pero no
sabes qué vas a encontrar en la siguiente curva.
¿Y le gusta ser el que maneja?
En todo novelista hay un inadaptado, porque solo en la
posibilidad de sentirte que uno no se conjuga con el resto, que no
encaja completamente, te obliga a estar viendo el juego de la vida desde
la orilla de la cancha, es lo que te permite entender por qué el celoso
es así o el reconroso asá. Si estuvieras en medio de la cancha siendo
uno más de los protagonistas, no lo percibiría de la misma forma.
Especial de María Andrea Solano Behaine para Semana.com.
Coordinadora editorial en Especiales Regionales de revista Semana.