El 31 de mayo se llevó acabo en la
Biblioteca Pública Virgilio Barco el primer Debate en Paz organizado
por la Revista Arcadia y la Secretaría de Cultura de Bogotá. Se habló
sobre el derecho animal y las tradiciones culturales en Colombia
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Debates en paz en la Biblioteca Pública Virgilio Barco/revistaarcadia.com |
El derecho animal y la
tradición cultural fue el tema del primer Debate en Paz organizado por
la Revista Arcadia y la Secretaría de Cultura de Bogotá. Juan David
Correa, director de la revista, inició el debate con las palabras del
filósofo francés Christian Plantin que dijo durante el segundo Congreso
Internacional de la UNESCO sobre lectura y escritura que se celebró en
Valparaíso, Chile: “Argumentar es hablar, es decir, dar al interlocutor
unos índices, instrucciones, una base sobre la cual se va inferir una
conclusión, que es la significación de lo dicho. Para el modelo
dialógico, argumentar es defender un punto de vista confrontándolo con
un contrincante, en un contexto discursivo complejo, caracterizado por
la presencia de ‘terceros’”.
En este debate participaron
Natalia Parra, administradora pública, especialista en gerencia pública y
directora de la plataforma Alto (Animales libres de tortura); Pepe
Manrique, torero; Diego López, profesor de la Universidad de los Andes y
abogado constitucionalista; Eduardo Rincón, filósofo e investigador en
temas de filosofía moral, ética ecológica y ética animalista de la
Universidad del Rosario y Edwin Torres, novillero con más de 12 años de
experiencia.
La fiesta brava
El debate inició con el tema
de la fiesta brava que aunque ha estado vigente durante muchos años, ha
cobrado más fuerza con las recientes decisiones en Bogotá que
actualizaron el tema y de alguna manera lo pusieron en la palestra
pública. Natalia Parra puso en contexto el movimiento animalista que
para ella “se encarga de visibilizar lo oculto y cuestionar ciertas
formas de violencia hacia seres sintientes”. Para Parra cuestionarse
frente a la violencia contra los animales trasciende la esfera pública y
pasa a ser parte del ámbito de lo ético y lo moral. Según ella, hay un
surgimiento de una nueva conciencia sobre las diversas formas de
violencia que ha cambiado la manera en la que vemos ciertas actividades
con animales.
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Natalia Parra. |
La definición de los
animales como seres sintientes y “seres que no nacieron para estos fines
(para ser torturados)” fue muy polémica a la luz de la respuesta de los
toreros. Para Pepe Manrique los toros de casta solo nacieron con el fin
de participar en la tauromaquia y cuestionó el conocimiento de los
animalistas sobre el toro de casta, además de afirmar, que si no es
dentro del marco de la fiesta brava estos animales se extinguirán.
Manrique también se cuestionó por qué los animalistas se han casado en
una pelea contra la fiesta brava, mientras que nadie hace ni dice nada
sobre otros deportes como la pesca e incluso la ganadería intensiva.
Lo legal vs. el animalismo
En los últimos años y con
los cambios socieconómicos un tema que no era controversial se ha
polemizado. En la esfera de la moralidad surge un debate donde la gente
se pregunta si las formas de explotación animal son adecuadas. Empiezan a
surgir respuestas que las personas que vivían en la sociedad del siglo
XIX no daban. Para Diego López esto está influenciado por la grande
migración del campo a la ciudad: "los habitantes de ciudad tienen
relaciones distintas con los animales a los habitantes del campo". Estos
cambios son importantes pues los problemas pasan de una esfera
meramente moral a una jurídica.
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Diego López. |
“El derecho le dice al
ciudadano cómo se debe comportar, pero con frecuencia el ciudadano
también le pide cosas al derecho”, dice López. En el estatuto nacional
taurino es legal la tauromaquia, pero muchos ciudadanos sienten que
basados en el derecho vigente hay restricciones que prohíben la tortura
animal. “Así como la moralidad no es una, el derecho tampoco es unívoco.
Las leyes más antiguas permiten las formas de explotación animal, pero
al mismo tiempo hay una interpretación expansiva de la constitución que
permite debatir temas que parecían muy claros, como el estatuto
taurino”.
Solo hasta el 2011 se
empezaron a ver manifestaciones legales frente al tema del derecho
animal. Han empezado a hablar de los animales de formas muy diversas, ya
no se habla del animal como una cosa sino del “sujeto de una vida” y de
“seres sintientes”. En el momento en que se filtran estos conceptos de
la ética filosófica al derecho hay transformaciones aplicativas.
El pensamiento antropocéntrico
Eduardo Rincón amplió el
debate al ámbito de la ética filosófica. Las relaciones morales no se
limitan a las relaciones con otros humanos únicamente sino que se amplía
la alteridad moral: “tenemos responsabilidades morales no solo entre
humanos sino que se amplían a lo transgeneracional y tenemos
obligaciones morales incluso con aquellos que no han nacido. La otra
forma de ampliación es la que rompe la frontera de la especie humana.
También tenemos relaciones morales con los que no son humanos”.
La pregunta sobre la que se
centró Rincón fue: “¿Qué tipo de trato le damos al que no es como
nosotros. Que es radicalmente opuesto en tanto no es humano pero
absolutamente cercano porque es animal?” Insistió Rincón en que hay un
desespero del ser humano por desligarse de su carácter animal. Rincón
dijo que nunca se van a acabar estos debates sino cambiamos el
pensamiento de que el hombre es el centro y lo más importante de todo:
“Lo primero que debemos hacer es entender que no existe una diferencia
entre el carácter sintiente de un animal y el de una persona. El hecho
de que consideremos que la tortura que le infringimos a un animal y a
una persona es distinta es una aplicación del antropocentrismo. La
moralidad radica no en su capacidad cognitiva sino en su capacidad de
sentir dolor y placer”.
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Panelistas y Juan David Correa, director de la Revista Arcadia. |
El torero Edwin Torres,
aunque tuvo pocas intervenciones, cerró afirmando que se debe repensar
pero no olvidar la figura del torero. Afirmó que con el paso del tiempo
también cambian las tradiciones y que es posible, con debates como este,
llegar a un acuerdo y a una nueva versión de la fiesta brava.