Los expertos chinos afirman que los símbolos aún no pueden considerarse palabras. Las muescas se encuentran dispuestas en línea, como ocurre en la escritura china. De confirmarse, serían las muestras de lenguaje más longevas de China. La datación se acerca a la de los manuscritos mesopotámicos, los más antiguos del mundo
Un fragmento de hacha recuperado en la expedición arqueológica china que muestra los posibles símbolos de un lenguaje escrito. /elpais.com |
La escritura alcanza en China niveles de arte. El dominio de la
caligrafía es motivo de orgullo y respeto, hasta el punto que es
frecuente ver en los parques a gente trazando caracteres en el suelo con
grandes pinceles impregnados de agua. Sus aficionados están de
enhorabuena. Los arqueólogos chinos aseguran que han descubierto
muestras de algunos de los escritos primitivos más antiguos del mundo.
Las inscripciones se encuentran en fragmentos de dos hachas de piedra
hallados en un yacimiento de la cultura Liangzhu en la provincia de
Zhejiang, al sur de Shanghái. Se calcula que tienen unos 5.000 años, lo
que supone 1.400 años más que los restos más antiguos de lengua china
escrita conocidos hasta ahora, informa Associated Press.
Algunas de las marcas grabadas en las hachas de piedra se parecen a
caracteres actuales. Los académicos chinos se muestran divididos sobre
si representan palabras o algo más sencillo, pero creen que el
descubrimiento arrojará nueva luz sobre los orígenes de la lengua y la
cultura chinas. Las escrituras más antiguas del mundo se considera que
proceden de Mesopotamia, hace más de 5.000 años.
Se desconoce cuándo se originó exactamente la escritura china, pero
se cree que comenzó a principios del segundo milenio antes de Cristo
(a.d.C.). Las inscripciones más tempranas conocidas contienen cada una
entre 10 y 60 caracteres tallados en trozos de hueso o caparazón de
tortuga, que eran utilizados como objetos oraculares. Datan de la
dinastía Shang (1600-1029 a.d.C.), aunque, para entonces, ya formaban un
sistema muy desarrollado, básicamente similar al de hoy día. Para el
año 1400 a.d.C., la escritura china constaba de 2.500 a 3.000
caracteres, la mayoría de los cuales pueden ser leídos en la actualidad.
Las nuevas inscripciones han sido encontradas en más de 200 piezas
arqueológicas extraídas del yacimiento neolítico de Liangzhu. Forman
parte de un conjunto de miles de fragmentos de cerámica, piedra, jade,
madera, marfil y hueso hallados en excavaciones en el lugar entre 2003 y
2006, según ha explicado el arqueólogo jefe, Xu Xinmin. El
descubrimiento no ha sido revisado por expertos internacionales, pero
investigadores chinos reunidos el fin de semana pasado en Zhejiang se
mostraron de acuerdo en que las inscripciones no son suficientes para
indicar la existencia ya entonces de un sistema de escritura
desarrollado. Aun así, Xu ha asegurado que ofrecen evidencia de palabras
en dos trozos de hachas de piedra. Uno de los fragmentos tiene seis
formas con apariencia de palabras en secuencia, lo que parece indicar
que constituyen una frase. Tres de ellas se asemejan al carácter actual
de ser humano. Cada forma tiene de dos a cinco trazos.
"Son diferentes de los símbolos que hemos visto en el pasado en
objetos", ha explicado Xu, informa Associated Press. "Las formas y el
hecho de que estén dispuestos como si fuera una frase indican que son la
expresión de algún significado". Sin embargo, Liu Zhao, de la
universidad Fudan, en Shanghái, ha advertido que no hay material
suficiente para llegar a una conclusión.
China depara regularmente importantes descubrimientos arqueológicos, y
el hallazgo de las inscripciones será seguramente fuente de estudio y
debate en este país, que se enorgullece de su historia milenaria. De
momento, los expertos han acordado calificar lo descubierto de escritura
primitiva, un término vago para sugerir que las inscripciones de
Liangzhu se encuentran en algún punto entre símbolos y palabras.
La creación de los primeros sistemas de escritura del mundo coincide
aproximadamente con el principio de la Edad de Bronce, a finales del
milenio 4 a.d.C. La escritura cuneiforme y los jeroglíficos egipcios son
considerados los primeros sistemas de escritura. Se cree que los
caracteres chinos se desarrollaron de forma independiente.
Uruk, cuna de la palabra
Ángel Luis Sucasas
En China se discute aún si este nuevo yacimiento arqueológico supone
el manuscrito más antiguo de esta nación. Pero el origen de la escritura
apunta a Mesopotamia y una ciudad en concreto, Uruk, donde surgieron
las primeras manifestaciones escritas hace más de 4.000 años.
Al sur de la llanura mesopotámica, la actual Irak, entre los brazos
del Tigris y el Éufrates, se alzaba Uruk, la primera gran urbe de la
civilización. Tenía unos 40.000 habitantes y la sociedad compleja propia
de la vida urbana. Y hace 5.000 años fue reinada por Gilgamesh, un
monarca que alcanzó unas dimensiones míticas que se plasmaron en El poema de Gilgamesh, la epopeya escrita más antigua.
Esta balada épica la firmó el escriba Sin-leqi-unnini hace 3.500 años
(«Dios Sin, acepta mi plegaria»), y narra en tono legendario la
historia del rey Gilgamesh en el tiempo mítico de los orígenes del
mundo. Parte del relato detalla un plan de los dioses mesopotámicos para
destruir el mundo con un gran diluvio, en un paralelismo sorprendente
con la historia bíblica de Noé. El poema fue descubierto en 1853 por el
experto en Asiria y oriundo de esta nación Hormuzd Rassam en unas
tablillas cubiertas de escritura cuneiforme.
Sin embargo, los textos más antiguos de Uruk datan de hace más de
4.000 años. Se trata de unas 5000 tablas de arcilla en su mayor parte,
aunque también se hallaron algunas de piedra, que poseen inscripciones
cuneiformes detallando aspectos de la vida social de Uruk. La
contabilidad de un negocio, instrucciones para criar el ganado o
herramientas para el cálculo de superficies son algunas de las temáticas
abordadas en estas tablillas, según detalla un estudio de Iselin
Claire, del departamento de arqueología oriental del Louvre. Las piezas
fueron descubiertas en 1920 en el emplazamiento de la ciudad.
Este 2013, CaixaForum Madrid expuso una colección de 400 piezas,
entre las que se incluían textos mesopotámicos cuneiformes, en el marco
de la muestra Antes del diluvio. Mesopotamia 3500-2100 a.C. que se pudo visitar del 27 de marzo al 30 de junio.