martes, 6 de agosto de 2013

Doce Premios Nobel

Introducción al libro Doce premios Nobel de literatura

Gao Xingjian, el otro Premio Nobel Chino/eltiempo.com
Escribir doce ensayos sobre la obra de doce premios Nobel de literatura no es una tarea fácil, por la complejidad y diversidad de visiones y estilos de cada autor. Si bien todos son novelistas contemporáneos y han escrito bajo la influencia de la literatura occidental, Kensaburo Oé y Gao Xingjian, han recreado sus novelas en sus países de origen.
La idea de escribir un libro sobre doce autores consagrados por la Academia sueca, está encaminada a que el lector disponga de unos elementos para un mayor acercamiento a la obra de cada autor, establezca una especie de paralelismo entre ellos y valore su calidad literaria.
La escogencia de estos nombres de entre la inmensa lista de los premios Nobel no ha sido caprichosa ni ha obedecido a un gusto personal sino a cierto rigor literario y a un orden cronológico.
El teatro de Beckett, sobre todo su célebre pieza Esperando a Godot, en la que Vladimir y Estragón experimentan la nada, el mundo sin sentido en que viven, parece representar lo postmoderno, es decir un mundo de valores relativos, inciertos y de confusión, aunque otros críticos lo cataloguen de moderno. De Beckett se cuentan algunos episodios de su vida en París.
De Kensaburo Oé, se analizan cuatro novelas, entre ellas El juego del siglo, su obra maestra, que revela una visión onírica del mundo paralela a lo fantasmal, a lo desconocido y un estilo metafórico y visionario.
La Academia le otorgó el Nobel a Gao Xingjiang, por “la dimensión universal de su creación, su amarga comprensión e ingenuidad del lenguaje que han abierto el camino al arte narrativo y teatral”. En su gran novela La montaña del alma, considerada la gran novela de China, el personaje emprende la búsqueda de la montaña mágica en la que espera liberar sus problemas sentimentales.
De Naipaul, el “escritor-filósofo de nuestra época”, como lo llama la Academia sueca, se señalan las etapas de su extensa obra literaria, algunos rasgos autobiográficos, la influencia de Conrad, su independencia política, la condena que hace de los fundamentalismos y se destaca su estelar novela Una casa para el señor Biswas.
Imre Kertész, en sus novelas denuncia el totalitarismo, los campos de concentración, de los que fue víctima, la impotencia del individuo frente al Estado y la pérdida de la libertad. Sin destino, su novela capital basada en el holocausto tiene muchos elementos autobiográficos.
J.M. Coetzee, describe la alienación, las tribulaciones de sus personajes necesarias para su redención y cuestiones imprevistas de la existencia. Esperando a los bárbaros, quizássu novela más conocida, es política, sigue la línea de Conrad, en la que “el candor del idealista abre la puerta del horror”.
A la austríaca Elfriede Jelinek, la academia le otorgó el Nobel por “la ola musical de voces y contravoces en sus novelas” y porque su obra muestra “con una pasión del lenguaje lo absurdo y el poder autoritario de los clichés sociales”. De sus numerosos libros se analizan La Pianista, impregnada de violencia, de sexo y de un humor macabro, Los amantes, Los excluidos, Mambiland, y apartes del discurso que envió a Estocolmo por el Nobel.
Harold Pinter, renovó el teatro al romper con la tradición clásica burguesa y proponer una visión y tono nuevos. Confiesa que la mejor escritura proviene del inconsciente, que muchas de sus obras se han originado en una palabra, en una réplica, en una imagen. Que el lenguaje es de naturaleza ambigua y cambiante. Que el escritor debe a veces romper el espejo para encontrar la verdad al otro lado de él. De Pinter se reseñan sus piezas: El cuidador, Escuela nocturna, El amante, La colección, El invernadero, El lenguaje de la montaña, entre otras y su novela Los enanos.
Orhan Pamuk, ganó el Nobel en 2006, por haber encontrado “nuevas imágenes espirituales (símbolos) para el choque y el cruce entre las culturas” (de oriente y occidente), según el veredicto de la academia. Escribir para Pamuk es “descubrir pacientemente, al cabo de los años, la segunda persona, escondida, que vive en nosotros y un mundo que segrega nuestra segunda vida”. Sus novelas El astrólogo y el sultán, El libro negro, La vida nueva, Me llamo rojo, Nieve y su libro autobiográfico Estambul. Ciudad y recuerdos, hacen parte del ensayo dedicado a su obra.
La escritura de Doris Lessing, ha oscilado entre la crónica social, la exploración de la psicología humana, la vida de las mujeres, el conflicto de las generaciones, el problema de la identidad en otras sociedades, la salud mental y la locura. El cuaderno dorado, la más ambiciosa de sus novelas, Instrucciones para un descenso al infierno, Las abuelas, Victoria y los Staveneg, The Cleft ( La fisura), se incluyen entre sus novelas que se analizan en este ensayo.
J.M. Le Clézio, escritor “de la ruptura, la aventura poética, el éxtasis sensual y explorador de la humanidad”, ganó el Nobel en el 2008. Es autor de más de 50 libros de cuentos, novelas, ensayos, traducciones de mitología indiana, de fotografías. Con El proceso verbal ganó el premio Renaudot en Francia. La fete chantée et autres essais de theme amérindien (La fiesta cantada y otros ensayos de tema amerindio), corresponde al libro que Le Clézio escribió durante su permanencia en México, al encuentro que tuvo con la comunidad Emberá que habita en Panamá y Colombia.
Herta Müller, escritora rumana de expresión alemana, y premio Nobel 2009, ha escrito 22 novelas y libros de poemas. Peter Englund, secretario de la Academia Sueca ha dicho: “El trabajo de Müller no pertenece a los grandes relatos épicos, sino que con la precisión del lenguaje, frases cortas, con episodios, anécdotas o fragmentos, poco a poco forman un gran cuadro”.