Introducción al libro Doce premios Nobel de literatura
Gao Xingjian, el otro Premio Nobel Chino/eltiempo.com |
Escribir doce ensayos sobre la obra de doce premios Nobel de
literatura no es una tarea fácil, por la complejidad y diversidad de
visiones y estilos de cada autor. Si bien todos son novelistas
contemporáneos y han escrito bajo la influencia de la literatura
occidental, Kensaburo Oé y Gao Xingjian, han recreado sus novelas en sus
países de origen.
La idea de escribir un libro sobre doce autores consagrados por la
Academia sueca, está encaminada a que el lector disponga de unos
elementos para un mayor acercamiento a la obra de cada autor, establezca
una especie de paralelismo entre ellos y valore su calidad literaria.
La escogencia de estos nombres de entre la inmensa lista de los
premios Nobel no ha sido caprichosa ni ha obedecido a un gusto personal
sino a cierto rigor literario y a un orden cronológico.
El teatro de Beckett, sobre todo su célebre pieza Esperando a Godot,
en la que Vladimir y Estragón experimentan la nada, el mundo sin sentido
en que viven, parece representar lo postmoderno, es decir un mundo de
valores relativos, inciertos y de confusión, aunque otros críticos lo
cataloguen de moderno. De Beckett se cuentan algunos episodios de su
vida en París.
De Kensaburo Oé, se analizan cuatro novelas, entre ellas El juego del
siglo, su obra maestra, que revela una visión onírica del mundo
paralela a lo fantasmal, a lo desconocido y un estilo metafórico y
visionario.
La Academia le otorgó el Nobel a Gao Xingjiang, por “la dimensión
universal de su creación, su amarga comprensión e ingenuidad del
lenguaje que han abierto el camino al arte narrativo y teatral”. En su
gran novela La montaña del alma, considerada la gran novela de China, el
personaje emprende la búsqueda de la montaña mágica en la que espera
liberar sus problemas sentimentales.
De Naipaul, el “escritor-filósofo de nuestra época”, como lo llama la
Academia sueca, se señalan las etapas de su extensa obra literaria,
algunos rasgos autobiográficos, la influencia de Conrad, su
independencia política, la condena que hace de los fundamentalismos y se
destaca su estelar novela Una casa para el señor Biswas.
Imre Kertész, en sus novelas denuncia el totalitarismo, los campos de
concentración, de los que fue víctima, la impotencia del individuo
frente al Estado y la pérdida de la libertad. Sin destino, su novela
capital basada en el holocausto tiene muchos elementos autobiográficos.
J.M. Coetzee, describe la alienación, las tribulaciones de sus
personajes necesarias para su redención y cuestiones imprevistas de la
existencia. Esperando a los bárbaros, quizássu novela más conocida, es
política, sigue la línea de Conrad, en la que “el candor del idealista
abre la puerta del horror”.
A la austríaca Elfriede Jelinek, la academia le otorgó el Nobel por
“la ola musical de voces y contravoces en sus novelas” y porque su obra
muestra “con una pasión del lenguaje lo absurdo y el poder autoritario
de los clichés sociales”. De sus numerosos libros se analizan La
Pianista, impregnada de violencia, de sexo y de un humor macabro, Los
amantes, Los excluidos, Mambiland, y apartes del discurso que envió a
Estocolmo por el Nobel.
Harold Pinter, renovó el teatro al romper con la tradición clásica
burguesa y proponer una visión y tono nuevos. Confiesa que la mejor
escritura proviene del inconsciente, que muchas de sus obras se han
originado en una palabra, en una réplica, en una imagen. Que el lenguaje
es de naturaleza ambigua y cambiante. Que el escritor debe a veces
romper el espejo para encontrar la verdad al otro lado de él. De Pinter
se reseñan sus piezas: El cuidador, Escuela nocturna, El amante, La
colección, El invernadero, El lenguaje de la montaña, entre otras y su
novela Los enanos.
Orhan Pamuk, ganó el Nobel en 2006, por haber encontrado “nuevas
imágenes espirituales (símbolos) para el choque y el cruce entre las
culturas” (de oriente y occidente), según el veredicto de la academia.
Escribir para Pamuk es “descubrir pacientemente, al cabo de los años, la
segunda persona, escondida, que vive en nosotros y un mundo que segrega
nuestra segunda vida”. Sus novelas El astrólogo y el sultán, El libro
negro, La vida nueva, Me llamo rojo, Nieve y su libro autobiográfico
Estambul. Ciudad y recuerdos, hacen parte del ensayo dedicado a su obra.
La escritura de Doris Lessing, ha oscilado entre la crónica social,
la exploración de la psicología humana, la vida de las mujeres, el
conflicto de las generaciones, el problema de la identidad en otras
sociedades, la salud mental y la locura. El cuaderno dorado, la más
ambiciosa de sus novelas, Instrucciones para un descenso al infierno,
Las abuelas, Victoria y los Staveneg, The Cleft ( La fisura), se
incluyen entre sus novelas que se analizan en este ensayo.
J.M. Le Clézio, escritor “de la ruptura, la aventura poética, el
éxtasis sensual y explorador de la humanidad”, ganó el Nobel en el 2008.
Es autor de más de 50 libros de cuentos, novelas, ensayos, traducciones
de mitología indiana, de fotografías. Con El proceso verbal ganó el
premio Renaudot en Francia. La fete chantée et autres essais de theme
amérindien (La fiesta cantada y otros ensayos de tema amerindio),
corresponde al libro que Le Clézio escribió durante su permanencia en
México, al encuentro que tuvo con la comunidad Emberá que habita en
Panamá y Colombia.
Herta Müller, escritora rumana de expresión alemana, y premio Nobel
2009, ha escrito 22 novelas y libros de poemas. Peter Englund,
secretario de la Academia Sueca ha dicho: “El trabajo de Müller no
pertenece a los grandes relatos épicos, sino que con la precisión del
lenguaje, frases cortas, con episodios, anécdotas o fragmentos, poco a
poco forman un gran cuadro”.