La lengua muisca ya está muerta, no existen personas que la hablen. No obstante, ha logrado llegar hasta nuestros días
Balsa muisca que se puede admirar en el Museo del Oro./semana.com |
Palabras como changua, tote y curuba provienen de esta
lengua extinta. La Cátedra de Pensamiento Colombiano de la Universidad
Nacional rescata los estudios realizados en relación con esta cultura
indígena.
La lengua muisca ya está muerta; no existen personas que la hablen. No
obstante, ha logrado llegar hasta el presente gracias a gramáticas,
confesionarios, vocabularios y oraciones católicas escritas durante el
siglo XVII.
Y
es que, luego de que el rey Felipe II decidió crear cátedras de lenguas
generales que apoyaran la labor evangelizadora, se creó en el Nuevo
Continente una cátedra de lengua general en México y otra en Bogotá; en
esta última se enseñó el muisca.
“Aquí había
una controversia, porque no existía una sola lengua general. De hecho,
algunos sacerdotes se opusieron porque iban a perder privilegios o
doctrinas en lo que ya existía, así que hubo un debate en contra de la
creación de la cátedra, pero finalmente se originó”, puntualiza Diego
Fernando Gómez, antropólogo de la Universidad Nacional de Colombia y
organizador de la Cátedra de Pensamiento Colombiano.
En
1582 apareció la cátedra del sacerdote criollo Gonzalo Bermúdez, quien
conocía bien la lengua de la sabana de Bogotá y del valle de Ubaque. Ya
instaurada, también dio el visto bueno a evangelistas que estaban
aprendiendo la lengua panche.
Con todo, la
cátedra se enfocó en las lenguas vehiculares en donde el muisca jugó un
papel clave; paulatinamente aparecieron otras cátedras en El Rosario y
en Cajicá. No se sabe con exactitud cuánto tiempo duraron, pero se
encuentran registros que duraron alrededor de ochenta años.
“Queremos
rescatar el primer intento académico de estudiar algo netamente
americano en el territorio nacional, porque si bien tenía fines de
evangelización, no deja de ser el primer antecedente de estudio de una
lengua indígena en el país”, sostiene el antropólogo.
Gracias
a esa cátedra de los siglos XVI y XVII, se elaboraron los vocabularios
de muisca de los confesionarios con los que hoy se conoce la lengua.
Según añade Gómez, “conmemoramos también los 400 años de la creación del
vocabulario muisca”.
La Cátedra se desarrolla en el Museo del Oro y contempla estudios históricos, antropológicos y lingüísticos.
Estas
son algunas palabras de origen muisca, según el diccionario del Grupo
de Investigación Muysccubun de la Universidad Nacional.
Apichar de pkychansuka.
Deque (Acerque) de tekesuka.
Changua de sienygua.
Chichí (Orina) de chychysuka.
Guadua (Tipo de caña) del muisca gua y * /wuatwa/, o del uwa watuba.
Güeba (Pendejo) de ueba (Extranjero)
Joba (Giba, joroba, corvadura) de sohoba.
Tote (Objeto que revienta) de tohotysuka.
Tunjo (Santuario) de chunso.
Turmequé (Tejo)
Guala (Buitre hembra) de guao.
Guasca (Galinsoga parviflora)
Fique (Furcraea andina) de fike.
Curuba de uba.
Guchuba/Uchuba de uba.
Cura (Aguacate).
Tamo (Tallo de las legumbres) de tamuy.
Deque (Acerque) de tekesuka.
Changua de sienygua.
Chichí (Orina) de chychysuka.
Guadua (Tipo de caña) del muisca gua y * /wuatwa/, o del uwa watuba.
Güeba (Pendejo) de ueba (Extranjero)
Joba (Giba, joroba, corvadura) de sohoba.
Tote (Objeto que revienta) de tohotysuka.
Tunjo (Santuario) de chunso.
Turmequé (Tejo)
Guala (Buitre hembra) de guao.
Guasca (Galinsoga parviflora)
Fique (Furcraea andina) de fike.
Curuba de uba.
Guchuba/Uchuba de uba.
Cura (Aguacate).
Tamo (Tallo de las legumbres) de tamuy.