Hoy, cuando se cumplen cuatro años desde la muerte de José Saramago, centenares de personas pasaron por el lugar donde reposan los restos del escritor, en Lisboa, frente a su Fundación, y le rindieron un espontáneo homenaje de la mejor forma posible: con la lectura de su obra
Ofrenda floral del PSOE en la escultura en homenaje a Saramago. /Sergio Betancort./vozdelanzarote.com,lainformacion.com |
La emblemática Casa dos Bicos de la capital lusa fue testigo
mudo de un continuo ir y venir de gente durante todo el día. Enfrente,
un banco de piedra blanco, a la sombra de un olivo traído de Azinhaga
-su localidad natal-, dispuesto a acoger a los turistas y transeúntes
que decidieron parar en él, la mayoría libro en mano.
La imagen,
aunque frecuente -tanto el banco como el olivo se encuentran en el lugar
desde 2011 junto a una inscripción "Pero no subió a las estrellas, si a
la tierra pertenecía"- adquirió un significado especial por el cuarto
aniversario de su fallecimiento.
Mientras unos se acercaban hasta
allí para recordar la figura de Saramago de la forma más tradicional,
otros, desde diferentes puntos del planeta, utilizaban las redes
sociales para honrar la memoria del Nobel luso.
"Hemos sido tendencia en Twitter y más
de treinta mil personas han visto nuestras publicaciones hoy en
Facebook", explicó en declaraciones a EFE Pilar del Río, periodista,
presidenta de la Fundación Saramago y viuda del autor.
Desde
su despacho, con vistas al lugar donde se encuentran enterradas las
cenizas del literato, presenció cómo los ciudadanos anónimos se sucedían
en el banco para homenajear al que es considerado una de las mayores
figuras de la historia de las letras portuguesas.
Entre
ellos, los alumnos de un curso de formación profesional en
electricidad. Jóvenes lisboetas, de entre 18 y 24 años, que acompañados
de su profesora aprovecharon la jornada de puertas abiertas de la
Fundación para aproximarse al escritor.
Aunque admitieron no haber
leído su obra, asintieron sorprendidos cuando averiguaron que Saramago
comenzó su andadura profesional con un curso profesional para trabajar
en una serrería, interesados -al menos aparentemente- en ese viaje que
lo llevó hasta la literatura.
"Hoy
los trabajadores de la Fundación decidimos arreglar la zona que rodea
al olivo, un sitio íntimo, colocamos flores en torno al árbol y hemos
visto a la gente pasar, leer un fragmento del libro y marcharse",
detalló orgullosa Pilar del Río.
Convencida de que la mejor manera
de honrar su memoria es "que la inspiración le pille a uno trabajando",
la que fuera traductora del Nobel admite sentir una cierta "paz
interior" al comprobar que el legado de Saramago sigue vivo.
"Queremos ser conscientes y activos, que
aunque no vayamos a poder solucionar ningún problema del mundo,
trabajemos como si todo dependiera de nosotros, tal y como hacía él a la
hora de escribir y de ser ciudadano", recalcó.
Además
de la reacción popular durante esta efeméride, el cuarto aniversario de
la muerte de Saramago estuvo acompañado de la celebración de varios
actos culturales, tanto dentro como fuera de las fronteras lusas.
El
estreno en Portugal de la película "Enemy", una adaptación libre de su
obra "El hombre duplicado" dirigida por el realizador canadiense Denis
Villeneuve y con Jake Gyllenhaal como protagonista, fue uno de los puntos fuertes del programa.
También
fue lanzada una edición especial de la revista literaria "Blimunda", de
carácter mensual y digital que se estrenó hoy en papel con el famoso
olivo de Azinhaga como imagen de portada.
La editorial Alfaguara
se sumó a estos actos con la publicación de "De la estatua a la piedra",
una especie de guía para leer a Saramago escrita por el propio autor, y
que está disponible por Internet gratuitamente.
"No dejo de ver
su nombre escrito en libros e incluso en paredes", aseguró Pilar del
Río, cuyo despacho, frente al lugar donde descansan sus restos, da a un
muro en el que una pintada evoca al literato. Una señal más de
inmortalidad.