jueves, 26 de junio de 2014

Una larga e inacabada pregunta

 La autora de Olvidado rey Gudú  escribió una obra maestra de la elipsis: Pecado de omisión

 
La escritora Ana María Matute, en 2006. / Xavi Gómez./elpais.com
La larga vida de la escritora catalana Ana María Matute le permitió reunir experiencias distintas: personales, sociales, políticas e históricas. Pero sobre todo le permitió una larga vida literaria en la cual cuajaron esas experiencias, además de citarse diferentes escuelas, estilos y obsesiones, sobre todo obsesiones, como a ella le gustaba llamar a esas ideas sobre el ser humano y su sed de poder y su capacidad de odio que cifró en esa maravilla literaria llamada Olvidado rey Gudú (1996).
La obra narrativa de Ana María Matute comienza en 1948 con Los Abel. Esa obra se mantiene activa hasta 1971, año de la publicación de su novela fantástica La torre vigía. Viene luego un largo silencio que dura casi veinte años, años de depresión y como de ausencia, como si el mundo ya no le importara, a ella que tanto siempre le importó. En 1993 reescribe Luciernagas, la novela sobre la guerra civil española, con la que quedó finalista en el premio Nadal de 1949 y que el régimen franquista prohibió. Los años noventa son tiempo de rescate y reescritura de libros inéditos. Libros de cuentos y relatos infantiles. Y, sobre todo, el comienzo de la redacción de Olvidado rey Gudú, una de sus novelas, junto a Aranmanoth (2000), más reconocida por la crítica especializada y los lectores.
En 1961, la autora de Primera memoria publica un libro de cuentos titulado Historias de la Artámila. Por ese entonces la doctrina de realismo social necesitaba un aire renovador de estética y emociones de buena ley. Andaban por ahí Ignacio Aldecoa y Medardo Fraile intentándolo con muy buenos resultados. Me inicié en este libro gracias a una antología de José María Merino titulada Cien años de cuentos. Leí ahí una historia titulada Pecado de omisión, perteneciente a Historias de la Artámila. El cuento es una pieza maestra de la elipsis. Se cruzan en él la impotencia y la injusticia, dos conceptos cruciales en la literatura de nuestra escritora. Quien quiera introducirse en la narrativa de Ana María Matute, en la narrativa que ella defendió hasta hace unos días, la literatura de los primeros indicios de la crueldad, de la diferencia de clases, del descubrimiento de la muerte, de la frontera entre el mundo rural y el urbano, tiene en este texto (reeditado en 2005) un resumen de su arte poética y su concepto del contar como expresión del dolor espiritual y la revelación como libertad.

Libro a libro

Novelas: Los Abel (1948), Fiesta al noroeste (1952), Pequeño teatro (1954), En esta tierra (1955, reeditada como Las luciérnagas, en 1993), Los hijos muertos (1958), Primera memoria (1959), Los soldados lloran de noche (1963), Algunos muchachos (1964), La trampa (1969), La torre vigía (1971), El río (1973), Olvidado Rey Gudú (1996), Aranmanoth (2000), Paraíso inhabitado(2009)
Relatos y cuentos infantiles: La pequeña vida (1953), Los niños tontos (1956), Vida nueva (1956), El país de la pizarra (1957), El tiempo (1957), Paulina, el mundo y las estrellas (1960), El saltamontes y el aprendiz (1960), A la mitad del camino (1961), El libro de juegos para los niños de otros (1961), Historia de la Artámila (1961), La rama seca (1961), El arrepentido (1961), Tres y un sueño (1961), Caballito loco y carnavalito (1962), El río (1963), El polizón del Ulises (1965), El aprendiz (1972), Solo un pie descalzo (1983), El saltamontes verde (1986), La virgen de Antioquía y otros relatos (1990), De ninguna parte (1993), La oveja negra (1994), El verdadero final de la bella durmiente (1995), El árbol de oro (1995), Casa de juegos prohibidos (1996), Los de la tienda (1998), La puerta de la Luna. Cuentos completos (2010)