Cunde la alarma entre los editores
La situación de recapitalización de la Casa del Libro está afectando a muchos editores./mundofinanciero.com |
Editores y autores muestra su preocupación éstos días tras la
celebración de las ferias del Libro en diversas ciudades españolas: el
mercado del libro no termina de repuntar, sino todo lo contrario. Han
caído ventas y pedidos y las salas y pasillos de las grandes librerías
se han visto afectadas por una crisis que ha pegado ya la dentellada a
este sector tan sensible. Las librerías pequeñas también se han visto
muy afectadas, y solamente las que simultanean la venta de libros con
otras actividades de papelería consiguen sobrevivir, aunque no son las
que más libros venden.
Los autores y las editoriales son las más afectadas, que han
visto recortadas las nuevas publicaciones. Muchas editoriales han
programado para este año y para el que viene la mitad de libros
publicados que durante años anteriores, buscando un autor más conocidos o
una venta más posible. Acumular libros editados en el catálogo de una
editorial, es una estrategia que ya pertenece al pasado. El sector del
libro está seriamente tocado, y los buenos datos de la Feria del Libro
de Madrid no reflejan más que un hecho puntual, pero no una recuperación
del sector.
La Casa del Libro ha reducido mucho sus pedidos a editoriales en los meses de mayo y junio, y evidencias un "parón técnico". Lógicamente es una causa más que ajena a las editoriales, aunque los autores vienen reclamando a editoriales y distribuidores una mayor presencia en mesas, librerías y estanterías. Ante esta situación no le queda más remedio a muchas editoriales que mantener una tensa espera que no asegura un desatasco con pedidos masivos de cara a septiembre. Muchas editoriales tienen ya problemas para asegurar la presencia en la Casa del Libro porque las fuentes indican que está "recapitalizándose" y lo van a hacer a costa de devolver mucho y pedir poco. En una tónica similar están FNAC y El Corte Inglés, aunque a muchas editoriales pequeñas les afecta mucho la situación de la Casa del Libro porque es uno de sus mejores compradores.
Los libreros pequeños están haciendo pedidos pequeñísimos, de no todos los títulos sino de uno o dos por título publicado, lo que resulta ser una decisión soberana sobre la que nada puede influir la editorial o el distribuidor: no se vende, y no compran para tenerlo parado en el escaparate. La librería pequeña o mediana ha comenzado a estar muy volcada en el libro de texto, que es un dinero que obtienen seguro y sobre pedido de barrio, y de aquí a finales de septiembre harán muy poco caso al resto de libros.
En SGEL si el libro no se vende mucho semanalmente lo devuelven. Por ejemplo, en una tienda tenían que tuvieran siete u ocho ejemplares han logrado vender unos cuatro y devuelven la mitad sin esperar a que se vendan. Reciben tantas novedades que no pueden mantener un libro que no se venda todas las semanas.
La Casa del Libro ha reducido mucho sus pedidos a editoriales en los meses de mayo y junio, y evidencias un "parón técnico". Lógicamente es una causa más que ajena a las editoriales, aunque los autores vienen reclamando a editoriales y distribuidores una mayor presencia en mesas, librerías y estanterías. Ante esta situación no le queda más remedio a muchas editoriales que mantener una tensa espera que no asegura un desatasco con pedidos masivos de cara a septiembre. Muchas editoriales tienen ya problemas para asegurar la presencia en la Casa del Libro porque las fuentes indican que está "recapitalizándose" y lo van a hacer a costa de devolver mucho y pedir poco. En una tónica similar están FNAC y El Corte Inglés, aunque a muchas editoriales pequeñas les afecta mucho la situación de la Casa del Libro porque es uno de sus mejores compradores.
Los libreros pequeños están haciendo pedidos pequeñísimos, de no todos los títulos sino de uno o dos por título publicado, lo que resulta ser una decisión soberana sobre la que nada puede influir la editorial o el distribuidor: no se vende, y no compran para tenerlo parado en el escaparate. La librería pequeña o mediana ha comenzado a estar muy volcada en el libro de texto, que es un dinero que obtienen seguro y sobre pedido de barrio, y de aquí a finales de septiembre harán muy poco caso al resto de libros.
En SGEL si el libro no se vende mucho semanalmente lo devuelven. Por ejemplo, en una tienda tenían que tuvieran siete u ocho ejemplares han logrado vender unos cuatro y devuelven la mitad sin esperar a que se vendan. Reciben tantas novedades que no pueden mantener un libro que no se venda todas las semanas.