Así empieza lo malo aparecerá el 23 de septiembre y reflexiona sobre la impunidad y "la arbitrariedad del perdón"
El deseo como "uno de los motores más fuertes en la vida de las personas" es el eje central de la nueva novela del escritor Javier Marías, Así empieza lo malo,
una obra que se publicará el 23 de septiembre y en la que reflexiona
también sobre la impunidad y "la arbitrariedad del perdón o del no
perdón".
"Esta novela tiene quizás una carga erótica mayor que
otras mías, aunque no hay escenas muy explícitas; son más sugerentes que
otra cosa", afirma Marías en una entrevista con Efe, en la que adelanta
las claves de este libro que editará Alfaguara simultáneamente en todos
los países hispanohablantes.
"Así empieza lo malo" -el título,
como sucede en otras obras de Marías, es una cita de Shakespeare-
llegará a los lectores tres años y medio después de "Los
enamoramientos", cuya escritura suscitó tantas dudas en su autor pero
con la que triunfó en España, Alemania, Francia, Holanda, Italia,
Estados Unidos y Gran Bretaña.
El escritor se enfrenta ahora a la
corrección de pruebas de su nuevo libro, más largo de lo habitual en él
(unas 580 páginas), y con buenas dosis de intriga y humor.
Hay
también en la novela elementos que "enlazarían" con "Los
enamoramientos", como "lo que se es capaz de hacer por obstinación
amorosa" y la arbitrariedad del perdón.
"En la reclamación de
justicia a menudo hay un componente civilizado, todavía de venganza. Lo
sorprendente es que, a veces, se perdonan cosas mucho más graves que
otras simplemente porque no nos las han infligido a nosotros. Y en
cambio, cosas que son muy leves, en la medida en que me las han hecho a
mí, no hay manera de que eso se perdone nunca", señala el autor.
Los
comienzos de las novelas de Javier Marías suelen ser magistrales y el
de "Así empieza lo malo" (la cita completa es "así empieza lo malo y lo
peor queda atrás", y es de Hamlet) no defraudará al lector.
"No
hace demasiado tiempo que ocurrió aquella historia -menos de lo que
suele durar una vida, y qué poco es una vida, una vez terminada y cuando
ya se puede contar en unas frases y sólo deja en la memoria cenizas que
se desprenden a la menor sacudida y vuelan a la menor ráfaga-, y sin
embargo hoy sería imposible", escribe Marías.
La novela está
ambientada en el Madrid de 1980, cuando "todavía no había divorcio" en
España, pero el libro "no es nada historicista ni de recreación de
época".
El narrador se llama Juan Vere o Juan de Vere y cuenta,
desde la época actual, lo que le ocurrió cuando tenía 23 años, hacia
1980.
El libro "no es particularmente autobiográfico", pero
Marías le presta algunas vivencias a Juan Vere, que, "recién terminada
la carrera de Filología Inglesa (la misma que el escritor), entra a
trabajar como ayudante de Eduardo Muriel, un director de cine.
"Es
innegable", dice, que hay elementos de su tío Jesús Franco, el director
de cine, y cosas de rodajes a los que Marías asistió. Salen en pequeños
papeles actores como Jack Palance y Herbert Lom.
Pero "no es una
novela ambientada en el mundo del cine", aclara Marías. El narrador
trabaja en la casa de Muriel y de su mujer, Beatriz Noguera, que llevan
unos veinte años casados, en medio de "una misteriosa desdicha
conyugal".
Juan Vere empieza a recibir, por parte del director,
"encargos y misiones" relacionados con el pasado de ese matrimonio, en
el que también intervino el doctor Van Vechten.
Y al investigar el pasado saldrán a relucir hechos de la posguerra española, "nada truculentos aunque sí desagradables".
La
novela está centrada en las relaciones personales y narra "historias
tenues, las de la vida privada, que son a veces las que no se cuentan
nunca". Pero también "se podría hacer una interpretación política" de
algunos asuntos, comenta Marías.
Eduardo Muriel es tuerto y
"lleva un parche de lo más clásico" sobre el ojo derecho. Hay "un
elemento simbólico en esa 'tuertez'", comenta el escritor antes de pedir
"disculpas por el barbarismo".
"Y es que no queremos ver más que
parcialmente o vemos selectivamente. A veces es deliberado, es
conveniente que tengamos una visión tuerta del mundo", señala el autor
de "Tu rostro mañana", cuya nueva novela tiene que ver, "evidentemente",
con otras suyas.
"Ya hay algunos críticos -dice- que sostienen
que mis novelas forman una gran novela, un magma novelístico que se va
completando".
El otro simbolismo del ojo tuerto es "el de nuestra
parcialidad en el conocimiento de lo que vivimos. Siempre tenemos una
visión incompleta. Siempre nos movemos de manera tuerta en el mundo".
La
novela reflexiona también sobre la juventud, cuando se tiene "el alma
aplazada y la conciencia también", comenta el autor, de 62 años, "una
edad en la que se da uno cuenta de que el tiempo de la juventud era
totalmente distinto del de la madurez".
"Hace poco yo recordaba
que hubo un año, en 1983, en el que cambié de proyecto de vida varias
veces. Me iba a ir a Estados Unidos, estuve a punto de casarme, fui a
Oxford...", recuerda el novelista.
De la nueva novela de Marías
habla con verdadero entusiasmo Pilar Reyes, directora de Alfaguara: "Es
un libro de una potencia simbólica inmensa. Es gran literatura".