jueves, 14 de noviembre de 2013

Polémicas buenas para el idioma

La abundancia de obras que abordan la lengua española corre un único riesgo. El peligro es que tales producciones se contradigan entre sí

¿Se estropea el bello idioma en los textos de mensajería?/Ilustración:Fernando Vicente./elpais.com
La continua aparición de obras que abordan la lengua española da una buena pista sobre el interés que esta materia despierta entre los hispanohablantes. Tanto la Real Academia como el Instituto Cervantes se han esforzado por entregar al público una buena colección de libros que ayudan a hablar y escribir mejor; y a estas dos instituciones se ha sumado la Fundación del Español Urgente (Fundéu), promovida por la agencia Efe y patrocinada por el BBVA.
Esa abundancia, que podemos proclamar sin duda como una bendición para todos, corre un único riesgo: que tales producciones se contradigan entre sí. En algunos puntos ya sucede entre el Diccionario, la Ortografía, el Panhispánico de Dudas y la Gramática, pues las modificaciones se introducen en la última obra publicada y desautorizan tácitamente a la norma anterior. Sin embargo; la Academia ha tomado pronta conciencia de ello y aspira a resolverlo en breve. Para empezar, algo arreglará la inminente nueva edición del Diccionario.
Ahora acaba de publicarse Las 500 dudas más frecuentes del español, libro editado por el Cervantes. Pero, igual que sucede con los consejos de la Fundéu (tutelada por la Academia), este manual didáctico y amable, y de espíritu también americano, se remite en todo momento a la doctrina de la docta casa, lo cual reduce el peligro de descoordinación.
Las decisiones originales de la Real Academia que se van ramificando luego en esta serie de trabajos merecen en ciertos casos alguna que otra discusión, seguramente parecidas a las que ya se dieron entre los propios académicos; pero incluso esa polémica le hace bien al idioma. Tales debates demuestran que nuestra relación con las palabras no se ciñe al mero uso de una herramienta. También les damos un gran valor sentimental, porque vemos en ellas y en sus grafías todas las lecciones y todas las ideas por las que hemos transitado.