Este es un ensayo creativo sobre el tema de los odios y las disputas entre escritores y poetas a través de la historia
Robinson Quintero Ossa, poeta colombiano, obtuvo con esta obra una beca de creación en ensayo de la Secretaría de Cultura Ciudadana de Medellín en 2012./semana.com |
Las enemistades literarias son un viejo tema. Cuando murió el conde de
Villamediana, protector de Luis de Góngora en la corte española, este
quedó enfermo y empobrecido. Lo cual no fue un atenuante para que
Francisco de Quevedo, su rival, su enemigo declarado –habían
intercambiado célebres poemas injuriosos–, comprara la casa en la que
vivía el poeta cordobés “para darse el mezquino placer de echarlo”.
Pablo
Neruda, desesperado por los ataques sistemáticos de Pablo de Rokha y
Vicente Huidobro, terminó escribiéndoles en 1935 un poema desencajado
que por obvias razones excluiría de sus obras publicadas: “Derrokas,
patíbulos, / Vidobros, / y aunque escribáis en francés con el retrato de
/ Picasso en las verijas / y aunque muy a menudo robéis espejos y
llevéis a la / venta / el retrato de vuestras hermanas, / a mí no me
alcanzáis con vuestros escupitajos”.
Charles
Baudelaire, en sus Diarios íntimos, escribió lo siguiente sobre la
escritora francesa George Sand: “El que algunos hombres se hayan podido
enamorar de esa letrina es una prueba clara de la degradación de los
hombres de este siglo”.
Las disputas son
inherentes a todas las profesiones, aunque las de los literatos tienen
más resonancia por la presencia de un invitado que las magnifica: el
lector. “El lector es el que azuza la llama ya encendida, el que aviva
la discordia ya pactada, el que propaga la pasión de la ‘letra herida’”,
dice Ramón Quintanas en Libro de los enemigos.
Pero
el tal Ramón Quintanas no existe y Libro de los enemigos es el mismo
que estamos leyendo pero firmado por el poeta colombiano Robinson
Quintero y editado por Letra a Letra. No hay problema, la confusión se
resuelve rápidamente. El Libro de los enemigos, de Robinson Quintero, es
un ensayo –la prueba es que ganó la beca de creación en ensayo
convocada por la Secretaría de Cultura Ciudadana de Medellín– que se
propone muy seriamente explorar la tesis del odio como motor de la
creación.
Para Robinson Quintero, el odio
contenido en un texto injurioso influye en la escritura del texto que
contrapuntea la ofensa. Se produce lo que él denomina “influencia por
reacción a la enemistad literaria”. La antipatía que recibe un escritor a
través de un texto insultante llega a ser una influencia fecunda cuando
este descarga su molesta respuesta en “en una composición que es pieza
artística memorable”.
Y no cabe la menor duda,
como lo ejemplifica el siguiente poema de Luis Cernuda en respuesta a
Emilio Prados, un acérrimo crítico de su obra: “Lo cretino, en ti, / no
excluye lo ruin. / Lo ruin en tu sino, / no excluye lo cretino. / Así
que eres, en fin, / tan cretino como ruin”.
Un
ensayo serio pero original y lúdico, que también pretende divertirnos.
Robinson Quintero se inventa un autor y un libro imaginario: el Libro de
los enemigos de Ramón Quintana, el cual es glosado y comentado por él.
Un juego de espejos en el que coinciden el texto ficticio y el libro
real que estamos leyendo.
Entre risas y citas
verdaderas de la historia de la literatura, vamos conociendo piezas
memorables nacidas del odio y, de paso, comprobamos –suprema paradoja–
que el odio hecho arte también produce placer y es liberador: “Todo
pensamiento abominable, si se plasma en poesía, se vuelve puro. Así, el
odio no es un sentimiento que se imprime en el poema; es sencillamente
el aliento que impulsa su escritura”.
Esto lo
dice Ramón Quintana en la página 31 de Libro de los enemigos y ¡nosotros
lo leemos en la página 31 de Libro de los enemigos, de Robinson
Quintero! Todo aquí es juego y provocación. Tiene dedicatoria y, por
supuesto, ‘antidedicatoria’: “Al enemigo que, con infeliz acierto,
dispara su dardo furioso contra mí y contra mi obra: majadero cuyo
nombre no merece tinta”.
Robinson Quintero,
para decirlo en términos borgeanos, con esta obra deliciosa ha creado
sus precursores: Augusto Monterroso y Enrique Vila-Matas. Llama la
atención, eso sí, la ausencia de referencias locales. ¿Acaso nuestro
odio no alcanza todavía esa ‘pureza’ literaria?
ROBINSON QUINTERO OSSA
Libro de los enemigos
Letra a Letra, 2013
112 páginas