Con ilustraciones del artista argentino José Muñoz, se publica una cuidada edición de El extranjero para festejar los cien años de Camus
Albert Camus recibió el Premio Nobel de Literatura en 1944./revista Ñ |
El rostro en primer plano de Meursault. La transpiración que desciende caótica por su frente. Los ojos "ciegos detrás de esa cortina de lágrimas y de sal". Y el sol implacable. El mundo parece haberse detenido en ese instante y eso mismo ocurre en la edición de El extranjero que acaba de publicar Emecé con ilustraciones de José Muñoz. Son sólo dos páginas en las que crece la tensión de un momento crucial de una de las novelas más demoledoras de la historia. Hasta ese momento, previo al asesinato de un árabe, la historia es conocida: a Meursault le avisan que su madre murió y viaja hasta su entierro. No es culpable, pero de todos modos, se dice, uno siempre es un poco culpable. No llora. El universo de Meursault construido por Albert Camus con un ritmo punzante es tan negro como el trazo que Muñoz ensaya para las imágenes. No es una versión cómic como la que publicaron Juan Carlos Kreimer y Julian Aron para De La Flor. Es el texto completo, cuyo diagrama edifica el suspenso y la respiración de la prosa.
El extranjero narra el itinerario de un oficinista argelino, Meursault, llevado a juicio por el asesinato de un árabe. Al pedirle que justifique las razones de su acto, Meursault dice: "Mezclando un poco las palabras y dándome cuenta del ridículo, dije rápidamente que había sido a causa del sol". El drama reside en que Meursault no miente: puede ser grotesco, ridículo o desapegado, pero no miente. No hay razón alguna que justifique su homicidio, salvo el sol implacable sobre su cabeza: "No sentía más que los címbalos del sol sobre la frente(...). Todo mi ser se distendió y crispé la mano sobre el revólver". Dividida en dos partes, el sol enceguecedor que impera en la primera sección es reemplazado en la segunda por la ley. El proceso jurídico y la condena a muerte de Meursault son sus rasgos kafkianos: no se juzga el acto, sino al sujeto. ¿Por qué, en rigor, se lo condena a Meursault? Por ser un extranjero, por desertar de la patria de los hombres de bien: no ha llorado con la muerte de su madre, ha fumado durante el velatorio, fue al cine un día después del entierro, ha entablado una relación de amistad con un proxeneta: de nada de eso se arrepiente. Su destino, inevitable, es la guillotina.
"Una frase de El extranjero es una isla. Y caemos de frase en frase, de nada en nada", escribió Sartre entusiasmado por la novela de Camus. " El extranjero –dijo en su momento y es relevante volver a leer este texto ahora, al cumplirse cien años del nacimiento de Camus–, una obra despegada de la vida, injustificada, injustificable, instantánea, estéril, abandonada ya por su autor, abandonada por otros presentes. Y así es como debemos entenderla: como una comunión brusca entre dos hombres, el autor y el lector, en el absurdo, más allá de toda razón."
Albert Camus básico
Nació en Argelia en 1913 y murió en Francia en 1960.
Uno de los escritores de habla francesa claves para entender la
filosofía y la literatura del siglo XX. En 1944 le concedieron el
Premio Nobel de Literatura por el conjunto de su obra. Entre sus
libros, caben destacar "La peste", "El extranjero" y "La caída".