El Cervantes edita Las 500 dudas más frecuentes del español para aclarar dilemas de la lengua
Las 500 dudas más frecuentes del español. Espasa./elpais.com |
Hace unos días Víctor García de la Concha salió de su despacho corroído por una duda imperiosa.
—¿A gusto se escribe junto o separado?, le preguntó a su secretaria.
García de la Concha, director del Instituto Cervantes y antes de la
Real Academia Española, confesó ayer cuál había sido su último dilema
lingüístico y también que le asaltan frecuentes titubeos a propósito de
las transliteraciones. “Dudar es comenzar a acertar”, afirmó durante la
presentación del manual Las 500 dudas más frecuentes del español,
editado por Espasa, para resolver cuestiones apremiantes sobre
pronunciación, ortografía, gramática o léxico. “El año pasado”, recordó,
“decía que hablábamos un español zarrapastroso. Este año tendríamos que
empezar con una campaña positiva: ‘No maltrate el español. Hable y
escriba bien”.
No parece que en un año se pueda superar lo zarrapastroso, aunque
García de la Concha intentó desmarcarse del tono catastrófico. “El gran
problema proviene de la lectura. La fijación de la norma y la riqueza de
uso no se aprende en la teoría de un libro, se aprende a base de leer,
uno se va empapando. Más libros, más libres. Más libros, más cultos. Más
libros, más ricos”, resaltó. El buen hablar no significa atrincherarse
frente a lo nuevo. “Todas las lenguas están en ebullición. Hay normas
emergentes. La norma no es una prescripción de la Academia, es un
aspecto de la descripción de la lengua que toma como referente al
hablante medio culto”, precisó García de la Concha.
La nueva obra de consulta, coordinada por Florentino Paredes,
profesor de Lengua española de la Universidad de Alcalá, sale a la calle
un año después de El libro del español correcto, también del
Instituto Cervantes, que se convirtió en un éxito editorial con más de
15.000 ejemplares vendidos, según Ana Rosa Semprún, directora general de
Espasa.
El volumen se divide en cinco capítulos. El primero responde a seis
cuestiones generales, entre ellas cuál es el nombre correcto o dónde se
habla el mejor español. Los restantes resuelven incertidumbres sobre
pronunciación, ortografía, gramática, léxico o redacción de textos, de
las cuales se extraen los siguientes ejemplos.
— ¿Se debe escribir internet o Internet? “El DRAE, en su avance de la
23ª edición, presenta la entrada en minúscula, pero admite que se pueda
escribir con mayúscula”.
— ¿Se puede usar la expresión bajo mi punto de vista?
“No se considera recomendable. La preposición bajo aporta a las
construcciones en las que aparece el significado de posición inferior,
sea esta real o metafórica”.
— ¿Es correcta la frase yo de ti no me preocuparía tanto? “No, debe usarse la fórmula yo que tú”.
—- ¿Es correcto decir capaz que viene esta noche? “Sí, es correcto. Su uso es habitual en el español de América”.
— ¿Se puede escribir mp3? “Lo correcto es escribir MP3, con mayúsculas, puesto que se trata de siglas (Moving Picture Experts Groups, versión 3)”.
— ¿Está mal dicho iros ya, que se hace tarde? “Sí,
la frase tiene dos errores. El primero es que se emplea mal el
infinitivo por el imperativo. El segundo consiste en usar mal la forma
del imperativo del verbo, cuya versión correcta es idos en el sistema
que conserva la forma vosotros”.
— ¿Está bien dicho sube para arriba? “Sí, aunque es
una expresión redundante. Estas expresiones, subir para arriba, bajar
para abajo, entrar adentro, salir afuera, son admisibles en el uso oral y
coloquial de la lengua, donde se utilizan generalmente con valor
expresivo o enfático, pero debemos evitarlas en textos escritos”.
— ¿Hay dequeísmo en me alegro de que me hagas esa pregunta? “No, es una oración perfectamente construida. Hay que tener en cuenta que la secuencia de que no siempre es incorrecta”.
— ¿Me voy pa mi casa es un vulgarismo o un
coloquialismo? “Depende. En la lengua hablada esa expresión habría que
considerarla un coloquialismo (...) En el registro coloquial, por tanto,
es posible decir pa en lugar de para. En cambio, la expresión pa mi
casa habría que considerarla un vulgarismo si el hablante utilizase
siempre pa, independientemente del contexto en que se encuentre”.