En Umeå, ciudad sueca y actual Capital Cultural Europea, creció el autor de Millenium, Stieg Larsson. Seguimos sus pasos ahora que la revista FiatLux ha publicado un cuento inédito que escribió allí cuando tenía 19 años. Entonces se llamaba Stig
Stieg Larsson (1954-2004) nació en un pequeño pueblo
llamado Skelleftehamn, a unos 140 kilómetros de Umeå, aunque se crió
con sus abuelos maternos en un pueblo aún más pequeño llamado Bjursele,
en las afueras de otro pueblo también pequeño llamado Norsjö, en
Västerbotten, extremo septentrional del golfo de Botnia, en Suecia. Se crió con sus abuelos
porque sus padres, Erland y Vivianne, eran jóvenes, no tenían trabajo
ni mucho menos una residencia digna donde criar una familia.
Todo eso lo encontrarían después, como tantos otros suecos de su tiempo, en Umeå, la actual Capital Cultural de Europa,
junto con Riga, durante 2104. Así, a la edad de nueve años, Stieg
Larsson pudo reunirse finalmente con su familia. Entonces se llamaba Stig. La e la añadió ya de adulto para diferenciarse de otro escritor sueco cuyo nombre también es Stig Larsson. Siempre fue un espíritu libre,
único, pero básicamente lo hizo porque no dejaban de llamarle de la
biblioteca para que devolviera los libros que el otro Stig nunca
entregaba a tiempo.
El niño Stig comenzó su vida en Umeå en la calle Hagmarksvägen, número 36,
de un barrio trabajador al otro lado de la Estación de Tren. La casa,
de tres alturas y fachada de madera en tono verdoso, sigue igual. La
ventana de su cuarto, que compartía con su hermano Joakim, es la del
último piso a la izquierda. En el primer piso, vivía su amigo Bo Lind.
Un escritor incansable
No queda muy lejos su colegio, el Hagaskolan, hoy el
más grande de Umeå. Allí le recuerdan -es muy habitual charlar con
gente en la ciudad que compartió aula con el autor de Millenium-
como un tipo listo, muy inteligente; independiente, pero siempre
dispuesto a defender a los débiles y muy activo políticamente. Como su
madre, que ejerció altos cargos en el Ayuntamiento de la ciudad con el
partido socialdemócrata.
Años después la familia Larsson se mudó unas calles más abajo, a Norra Ersmarksgatan, 52,
a un edificio similar, pero esta vez con fachada de ladrillo. Allí a
Stig le regalaron una máquina de escribir Facit. Era incansable. Seguía
compartiendo habitación con su hermano pero como éste no podía dormir
por la febril actividad del autor sueco más vendido de todos los
tiempos, sus padres le adecentaron una habitación en el sótano. Esta vez
se quejó el vecino de arriba. Acabaron alquilándole un pequeño
apartamento, en Vretgatan 12, cuya ventana se divisaba desde el balcón trasero. La condición: cuando sus padres apagaran la luz, él también debía hacerlo.
Stig, fascinado por la ciencia ficción -le apasionaba la astronomía-
pero también por la política editaba entonces un fanzine llamado Stäven
(Atmósfera). Precisamente acaba de ver la luz en España un cuento
inédito -El crimen de Jensen- de esta publicación. Lo ha editado en su número de invierno la revista Fiat Lux.
Es magnífico, como las palabras del traductor Martin Lexell que lo
preceden y que dan cuenta, entre otras cosas, de la larga tradición
literaria de las tierras poco pobladas de Västerboten, marcadas por el duro clima y una fanático pietismo religioso. En ellas, porque forman parte de Sápmi (la tierra de los samis
que abarca desde Kola, en Rusia, hasta la costa Noruega) éstos
imprimieron su primer libro en su hoy amenazada lengua. Era la Biblia.
El camping y Lisbeth
Pero a Stig la Biblia no le iba mucho. Él y su amigo Bo se dedicaron a ver cine porno
desde los 10 años. Todo porque su padre era el recolector de entradas
del cine Saga que proyectaba películas X, en el centro de la ciudad. No
lejos queda la cafetería Nya Konditoriet que le servía, igual que el café Mekka, de improvisada redacción, y donde Larsson pasaba las tardes bebiendo café, adicción compartida con su Mikael Blomqvist.
Ya con 14 años Stig pertenecía al Frente de Liberación Nacional de Vietnam y al Partido Comunista, y después sería trotte,
como en Suecia se conoce a los troskistas. Hizo secundaria en la
Dragonskolan; tras acabar su bachillerato de ciencias sociales, trabajó
fregando platos en Sävargarden. Quería ahorrar para
viajar a través de Europa y llegar a Argelia. Muy a su pesar Stig hizo
el servicio militar en una base a las afueras de la ciudad. También en
el extrarradio de Umeå había un camping hoy desaparecido.
Allí, una noche presenció la violación de una joven. Conocía a alguno
de los violadores. No pudo impedirla. Cuando, después, se encontró por
el centro de la ciudad con la víctima quiso pedirle perdón por no haber
hecho nada. Ella no quiso escucharle. Sólo le dijo: «Lárgate, eres uno
de ellos». Según su pareja, Eva Gabrielsson -a quien conoció en Umeå
durante una manifestación a los 18 años- este hecho le persiguió toda su
corta e intensa vida.
Aquella noche, en ese camping extinto, nació Lisbeth Salander. Y con ella, la venganza.