Los usuarios de la plataforma ya no pueden escuchar música a través del servicio de streaming. La compañía toma la medida tras ser acusada de violar derechos de autor
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Captura de pantalla de la desaparecida Grooveshark./lavanguardia.com |
Con una simple nota en su página. Sin previo aviso. La plataforma Grooveshark cierra dejando a sus millones de usuarios sin poder escuchar música en streaming, ni en su web ni en su aplicación móvil.
La
que era vista como la alternativa a Spotify, con casi diez años de
funcionamiento, reconoce que ha cometido "errores muy graves". No ha
sido posible obtener licencias de los titulares de derechos de autor,
argumentan, para la gran cantidad de música que ofrecía el servicio.
Piden excusas por ello.
Dice Grooveshark que
cierra como parte de un acuerdo con las principales compañías
discográficas. La plataforma se compromete así a "limpiar todos los
datos y entregar la propiedad del sitio web", así como las aplicaciones
móviles y la propiedad intelectual, incluyendo patentes y derechos de
autor.
Se atreve incluso la empresa a recomendar a sus seguidores
que "respete" a los artistas utilizando "un servicio de licencia que
compense a los titulares de los derechos".
La decisión es
drástica, pero llega después de que, hace una semana, un tribunal de
Estados Unidos afirmara que la empresa podría ser responsable de hasta
736 millones de dólares en daños y perjuicios por violar los derechos de
autor. Se les acusa de obtener beneficios, a través de publicidad y
suscripciones, utilizando música por la que no remuneraba a los autores.
Con
el acuerdo al que han llegado con las discográficas, Grooveshark no
tendrá que pagar ni un céntimo como compensación. A cambio, ha de
desaparecer completamente de la red. Fin de la historia.