Vida, muerte y resurrección de Héctor Belascoarán Shayne
En 1976, el escritor Paco IgnacioTaibo publicó su novela Días de Combate, inaugurando así el ciclo de nueve novelas(1) hasta hoy en la fecha, es decir el año 2000- dedicadas a contar a los lectores, las hazañas de un detective privado que,además de ser uno de los primeros que lleva la nacionalidad
mexicana, tiene rasgos tan suí generís que pueden
ser identificados con las señas de rupturas de toda una generación, de tal forma que más allá de haber
logrado la creación de un personaje asimilable a la
figura del antihéroe, su creador inventó el prototipo de un personaje literario emblemático de una figura contracultural, representativa de las aspiraciones de nuevos lectores,productos ellos mismos de las fracturas que los años setenta y ochenta vieron florecer en el campo de la renovación estética.
A la altura de su posteridad, Héctor BELASCOARÁN SHAYNE (HBS), tiene 24 años más que los que correspondían a los treinta años de su nacimiento en el universo de la ficción. Estos 24 años, además de haberle valido muchas heridas, de ser definitivamente tuerto, de haber muerto una primera vez (en No Habrá Final Feliz) y de haber resucitado un número similar de veces (en Regreso a la Misma Ciudad y con Lluvia), representan una densidad cíclica suficientemente consistente para que, desde la perspectiva de la crítica literaria abocada a las particularidades de la literatura popular, sea ya tiempo de formular las preguntas relativas al funcionamiento del ciclo heroico de este personaje. Preguntarse cómo HBS ha podido nacer y cómo ha podido desenvolverse hasta formar una figura mítica de la literatura mexicana de los dos últimos decenios del siglo XX, ofrece una oportunidad inesperada para descubrir cómo se arma, en un período en que los derroteros de la literatura pasan de la aventura formalista a la nueva forma novelesca de la aventura, el proceso genético de la invención de un personaje literario capaz, además de integrarse a una filiación intertextual con las figuras arquetipales del privado tales como han sido logradas en la tradición moderna de la novela negra norteamericana, de valer como el símbolo de la necesaria ruptura existencial para una generación proclive al anticonformismo, a la adhesión a ideologías políticas centradas sobre proyectos revolucionarios y a la voluntad de vivir su vida como la forma más directa de practicar una de las Bellas Artes, tal vez aquella que haría del riesgo y de la confrontación con la muerte, la manera más acendrada de ser creativo y de jugarse la creación a una sola vida. y hubo que crecer, sin acabar de tener tierra bajo los pies
mexicana, tiene rasgos tan suí generís que pueden
ser identificados con las señas de rupturas de toda una generación, de tal forma que más allá de haber
logrado la creación de un personaje asimilable a la
figura del antihéroe, su creador inventó el prototipo de un personaje literario emblemático de una figura contracultural, representativa de las aspiraciones de nuevos lectores,productos ellos mismos de las fracturas que los años setenta y ochenta vieron florecer en el campo de la renovación estética.
A la altura de su posteridad, Héctor BELASCOARÁN SHAYNE (HBS), tiene 24 años más que los que correspondían a los treinta años de su nacimiento en el universo de la ficción. Estos 24 años, además de haberle valido muchas heridas, de ser definitivamente tuerto, de haber muerto una primera vez (en No Habrá Final Feliz) y de haber resucitado un número similar de veces (en Regreso a la Misma Ciudad y con Lluvia), representan una densidad cíclica suficientemente consistente para que, desde la perspectiva de la crítica literaria abocada a las particularidades de la literatura popular, sea ya tiempo de formular las preguntas relativas al funcionamiento del ciclo heroico de este personaje. Preguntarse cómo HBS ha podido nacer y cómo ha podido desenvolverse hasta formar una figura mítica de la literatura mexicana de los dos últimos decenios del siglo XX, ofrece una oportunidad inesperada para descubrir cómo se arma, en un período en que los derroteros de la literatura pasan de la aventura formalista a la nueva forma novelesca de la aventura, el proceso genético de la invención de un personaje literario capaz, además de integrarse a una filiación intertextual con las figuras arquetipales del privado tales como han sido logradas en la tradición moderna de la novela negra norteamericana, de valer como el símbolo de la necesaria ruptura existencial para una generación proclive al anticonformismo, a la adhesión a ideologías políticas centradas sobre proyectos revolucionarios y a la voluntad de vivir su vida como la forma más directa de practicar una de las Bellas Artes, tal vez aquella que haría del riesgo y de la confrontación con la muerte, la manera más acendrada de ser creativo y de jugarse la creación a una sola vida. y hubo que crecer, sin acabar de tener tierra bajo los pies
¿Quién es entonces HBS? ¿Cuáles son sus características fundadoras y cuáles son sus alcances? ¿En qué la novela Dias de Combate define ya los contornos de una personalidad que seguirá confirmándose a todo lo largo del desarrollo de su ciclo? HBS es primero un ser de rupturas sociales que se conforma con la tradición arquetipal del detective privado tal como lo ha inventado la versión hard-boiled de la novela negra norteamericana. Esta tradición quiere que el detective privado en pos de la observación de las lacras sociales, asuma una posición de distanciamiento social. Héroe más o menos moral, y a veces justiciero turbio, el personaje del detective saca su carácter positivo de una elección personal. Su relación con la sociedad no supera la mayor parte de las veces, los límites de una oposición individualista. HBS es él también, un símbolo de esta inconformidad individual frente a un cuerpo social corroido por una suma de males difícilmente enderezables. Corrupción, crímenes, abusos de poder son algunas de las principales taras sociales contra las que HBS se levanta. La radical diferencia de este personaje en relación a la tradición de los detectives privados de la novela negra es que HBS asume su papel a partir de una marcada ruptura ideológica consciente. Tradición familiar, situación política contemporánea y crisis existencial amplian el marco de los pretextos personales y explican el paso del mundo del conformismo ambiante a la aventura de la pesquisa policíaca como fórmula renovada del compromiso político revolucionario.
(1).Días
de Combate(1976), Cosa fácíl (1977), Algunas Nubes (1985), No Habrá
Final Feliz (1989), Regreso a la Misma Ciudad y Bajo la Lluvia (1989),
Sueños de
Frontera (1990), Adiós Madrid (1993), Amorosos Fantasmas (1989), Desvanecidos Difuntos().
Para seguir el ensayo