El proyecto incluye mil quinientos títulos en español, en su primera fase, distribuidos en ocho categorías. El objetivo es fomentar la lectura digital legal en colaboración con la Federación de Gremios de Editores de España
Lectora de libro electrónico. / Julián Rojas./elpais.com |
Las más de 5.000 bibliotecas públicas españolas
empezarán a prestar libros electrónicos a partir de 2014. El Ministerio
de Educación, Cultura y Deporte comprará, en principio, 1.500 títulos
con un total de 200.000 licencias, o ejemplares, por un valor de
2.064.000 euros. Eso sí, este primer catálogo incluye solo obras
escritas en español o traducidas. “La idea es crear un fondo común, un
núcleo básico, que luego se irá ampliando, pero cuyo objetivo es
trabajar en red con todo el sistema de bibliotecas municipales y de las
comunidades para fomentar la lectura de libros digitales de manera legal”,
explica Alejandro Carrión, jefe de Área de Planificación de Bibliotecas
del Ministerio. Actualmente, el 68%de los españoles que dicen leer e-books lo hacen a través de descarlas ilegales.
¿Y si uno de los doce millones de usuarios de las bibliotecas
solicita un libro en una de las lenguas cooficiales del estado español
que no tiene su biblioteca? En ese caso, según Carrión, la biblioteca
respectiva haría la solicitud a la biblioteca de la comunidad donde
estaría ese libro en su lengua original. En el caso de solicitudes de
libros en lenguas como el gallego, el euskera o el catalán, estas irán
al Consejo de Cooperación Bibliotecaria donde se resolverá la petición.
Además, aclaran fuentes del Ministerio, las diferentes bibliotecas
podrán enriquecer su propio catálogo con los títulos que consideren
necesarios. La idea es promover el préstamo interbibliotecario y activar
esa red en el sistema de obras digitales. Esta es la teoría, porque el
proyecto está en su etapa de convocatoria tanto para libros y
plataforma. El plazo termina el 8 de julio.
Los mil quinientos títulos de la primera fase están basados en las preferencias de los lectores españoles, según la encuesta de Hábitos de Lectura de la FGEE. Una lista que en sus primeras posiciones incluye, especialmente, best sellers.
El catálogo general cuenta con ocho apartados: 1- Ficción para adultos.
2- Ciencia y tecnología. 3- Ciencias sociales y Humanidades. 4- Salud,
desarrollo personal, ocio, informática. 5- Idiomas. 6- Ficción infantil y
juvenil. 7- No ficción infantil y juvenil. 8- Audiolibros. La lista de
esta primera fase no está cerrada aún.
A Javier Cortés, presidente de la Federación de Gremios de Editores
de España, que está trabajando en el proyecto con el Ministerio de
Cultura, la idea le parece bien "siempre y cuando en ese circuito se
respete la parte autoral y de derechos que se tienen que pagar. No es
una cuestión de los editores españoles. La Unión Europea ha pedido con
una directiva que se reconozcan los derechos autorales de los libros que
se leen en las bibliotecas, exactamente igual con los ebooks”. Esperan
que se creen los cauces adecuados. Eso depende, recuerda Cortés, más de
las propias infraestructuras de las que se doten las bibliotecas, de los
aparatos y del contacto con las librerías virtuales y contando la gente
que lea y pagando sus correspondientes derechos.
La distribución de los títulos de los libros y el número de licencias
o ejemplares digitales dependerá de las propias solicitudes de las
bibliotecas y del número de usuarios de cada una de ellas. Una vez
asignadas las obras el usuario-lector se inscribirá en el sistema de
acceso creado para específicamente para obtener su carnet. Será como
acceder a una web donde se ofrecen los libros, se especifica los que
están disponibles, hace la solicitud y los descarga en su soporte
electrónico, desde el ordenador hasta una tableta o Smartphone, y puede
ser por descarga o streaming. La política del tiempo de préstamo está
por decidir pero será similar a la de libros convencionales, dos o tres
semanas, y una vez cumplido el plazo el sistema se desactivará.
Todo lo relacionado con las tecnologías emergentes ha aumentado en
España vertiginosamente: el 58% de los españoles lee en formato digital,
diez puntos más que hace dos años. Pero solo el 32% reconoce pagar por
las descargas, mientras que hace un año esa cifra era del 36,9%. Lo que
significa que el 68% baja o descarga gratuitamente los libros.