Junot
 Díaz, Lorrie Moore y Joyce Carol Oates hacen parte de un grupo de más 
de 200 escritores que se opusieron a que el premio PEN de Libertad de 
expresión y valor Toni y James C. Goodale sea otorgado el 5 de mayo a la
 revista francesa Charlie Hebdo. Acá la carta que le escribieron al 
comité de PEN América
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El director del semanario Charlie Hebdo, Stéphane Charbonnier, alias Charb, asesinado por el extremismo yihadista./revistaarcadia.com
  
 
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En marzo se anunció que la 
gala literaria PEN, que se celebrará el 5 de mayo de 2015, se haría en 
honor a la revista Charlie Hebdo con el premio de Libertad de expresión y
 valor PEN/Toni y James C. Goodale en respuesta a los ataques del 7 de enero que le costaron la vida a varios miembros de este grupo editorial.  
Es claro e indiscutible que 
el asesinato de una docena de personas en las oficinas de Charlie Hebdo 
es trágico y repugnante. Lo que no es claro ni indiscutible es la 
decisión de conferir el premio de libertad de expresión y valor a 
Charlie Hebdo, ni el criterio que se usó al tomar esta decisión.
Nosotros no creemos en 
censurar la expresión. La respuesta a la expresión de puntos de vista, 
por más desagradables que sean, ciertamente no son la violencia o los 
asesinatos. 
Sin embargo, hay una 
diferencia crítica entre apoyar incondicionalmente la expresión que 
viola lo aceptable y premiar de manera entusiasta a ese tipo de 
expresión. 
Después de los ataques, las 
caricaturas de Charlie Hebdo fueron descritas como sátira que no tiene 
relación alguna con el sexo, la religión o la raza del objeto de burla, y
 la revista parece ser completamente honesta con su expresión anárquica 
de desdén  hacia cualquier grupo religioso institucionalizado. Pero en 
una sociedad desigual la ofensa que tiene como principio ignorar el 
sexo, la religión o la raza no tiene un efecto equitativo. 
El poder y el prestigio son 
elementos que deben ser reconocidos cuando se considera casi cualquier 
tipo de discurso, incluida la sátira. La inequidad entre la persona que 
sostiene la pluma y el sujeto fijado en el papel por la pluma no puede y
 no debe ser ignorado. 
Para la fracción de la 
población francesa que ya está marginalizada, asediada y victimizada, 
una población que está construida a partir del legado colonialista 
francés y que tiene un gran porcentaje de musulmanes  devotos, las 
caricaturas del Profeta de Charlie Hebdo deben ser comprendidas como 
algo que busca causar más humillación y sufrimiento. 
Nuestra preocupación es que,
 al otorgarle el premio de Libertad de expresión y valor Toni y James C.
 Goodale a Charlie Hebdo, PEN no está simplemente expresando su apoyo a 
la libertad de expresión, sino también dando valor selectivo a material 
ofensivo: material que intensifica el sentimiento anti-Islam, 
anti-Maghreb y anti-Árabe que ya prevalece en el mundo occidental. 
En nuestra opinión, PEN 
América pudo haber otorgado este premio a cualquier periodista o 
informante que ha arriesgado, y en algunos casos perdido, su libertad (e
 incluso sus vidas) al servicio de un bien mayor. 
PEN es una organización 
esencial en la lucha mundial por la libertad de expresión. Por ende es 
particularmente desalentador ver que PEN América ha escogido honrar el 
trabajo y la misión de Charlie Hebdo, por encima de aquellos que no solo
 ejemplifican el principio de la libertad de expresión, sino cuyo valor,
 aunque provocativo e incómodo, también ha sido ejercido de manera 
meticulosa por el bien de la humanidad.Firmamos como escritores, 
pensadores y miembros de PEN. Respetuosamente queremos desasociarnos de 
la decisión de PEN América de otorgarle el premio de Libertad de 
expresión y valor Toni y James C. Goodale de 2015 a Charlie Hebdo.
Para leer la carta original y conocer todas las firmas ingrese aquí. 
*Traducción de María Alejandra Peñuela