martes, 14 de octubre de 2014

Ganó la literatura

 En la feria de Frankfurt, en medio de la preocupación por el destino del mercado editorial, se recibió la alentadora noticia de que Patrick Modiano, un escritor muy literario, ganó el Nobel 2014

Modiano ya había ganado el Gran Premio de Novela de la Academia Francesa (1972) y el Premio Goncourt (1978).
La hierba de las noches (2012). Traducida este año al español. Otro relato que aborda el tema de la ocupación.
La trilogía de la ocupación  (1968, 1969 y 1972) es su obra más importante, una mirada crítica a la invasión nazi de Francia y al régimen de Vichy. Se calcula que este, como otros libros suyos, estará en Colombia en dos semanas./semana.com
Ken Follet y Paulo Coelho pueden ser las pistas ciertas del estado del mercado editorial mundial. El miércoles, cuando se abrieron las puertas de la Feria Internacional del Libro de Frankfurt, la más importante del mundo, esos eran los nombres que más se escuchaban y veían en los pasillos de una feria aquejada por la evidente crisis del mundo editorial. Las razones saltan a la vista: antes de preocuparse de las quinielas por quién sería el nuevo nobel de literatura, anunciado el jueves pasado sin la expectativa de otras ocasiones, editores y agentes confirmaban que la industria estaría peor sin las ventas de nombres como los best sellers británico y brasileño. Así lo dijo la editora alemana Petra Gropp, a cargo de la mítica S. Fischer Verlag fundada en 1846 en Frankfurt: “En el mercado mandan los gustos del público y en Alemania se leen mucho los ejemplares que ocupan los primeros lugares en ventas, es decir, los ‘thrillers’ y las ficciones históricas” como las de Follet y, por supuesto, como los libros de Coelho, quien lanzó en la feria Adulterio que, de inmediato, ocupó el primer lugar en la lista de los más solicitados.
El brasileño, casi apocalíptico, parece sacar partido de su lugar privilegiado y le anunció al mundo en Frankfurt que “si el libro no se adapta morirá”, refiriéndose al mundo digital. Quizás esta realidad hacía que las expectativas por el Nobel no fueran muy altas. El miércoles en la noche decenas de agentes literarios, reunidos en el tradicional bar del hotel Frankfurter Hoff, no se arriesgaban a decir ningún nombre para el premio otorgado al francés Patrick Modiano, nacido en Boulogne Billancourt, Francia, en 1945. Muchos decían que estaría entre Adonis, el poeta sirio, o el kenyano Ng wa Thiong’o, pero nadie quería asegurar nada ante la evidencia de que cada vez el mundo literario se cierra más y los blockbusters, como Cincuenta sombras de Gray, siguen mandando la parada.

Aunque nunca fue favorito -según las apuestas Modiano ocupaba el décimo puesto en probabilidades-, alentó que el premio recayera en un escritor muy literario. A la una en punto de la tarde en el Hall 5.1, Jorge Herralde, el editor de los más recientes libros de Modiano en español, esperaba sentado en su stand antes de ir a almorzar: la editora de Gallimard, la casa de Modiano en Francia, le dijo que podía ocurrir que el autor de En el café de la juventud perdida fuera el elegido por la Academia Sueca. Al lado de su mujer, Eulalia Gubern, Herralde decía a la prensa que se trataba sin duda de un reconocimiento necesario y que incluso, cuando en 2008 el premio le fue entregado a Jean-Marie Gustave Le Clézio, todos pensaban que quien lo merecía era su compatriota, célebre por la trilogía de la ocupación en Francia compuesta por sus tres primeras novelas El lugar de la estrella, La ronda nocturna y Los paseos de circunvalación. Precisamente Peter Englund, secretario permanente de la academia, anunció el premio destacando “el arte de la memoria con la que ha evocado los más inasibles destinos del alma humana durante la ocupación”.

El premio a Modiano supone una declaración de principios de la Academia. En medio de la crisis francesa, destacar a una de sus conciencias morales es sin duda valioso y necesario. Modiano, que no ha cesado de insistir en escribir sobre los efectos devastadores de la guerra, y quien ha ido afinando como un perfeccionista un estilo muy sobrio y conciso, ha hurgado una y otra vez en episodios que él mismo define como parte de su prehistoria. Y, en consecuencia, de la de muchos franceses nacidos como él justo al final de la Segunda Guerra Mundial. Francia acarrea la vergüenza de haber permitido la entrada de los nazis en lo que se conoció como el régimen de Vichy, un episodio central en muchas de sus novelas. En los libros de Modiano, descendiente de judíos italianos, aparece la figura de su padre ausente y también la de su hermano de diez años, que murió y a quien le dedicó todas sus novelas entre 1967 y 1982. Cercano al grupo de experimentación literaria OuLiPo, su mentor fue el escritor Raymond Queneau, autor de Zazie en el metro, y quien como editor de Gallimard publicó su primera novela, El lugar de la estrella. Para el editor Aurelio Major “es uno de los cinco grandes escritores franceses desde hace ya muchos años junto a Echenoz, Quignard, Tournier y Le Clézio. Este premio es muy importante porque es un modelo de estilo”. Si al decir de la ilustración “el estilo es el hombre”, el de Modiano constituye todo un ejemplo de discreción y perseverancia en un mundo que, como ha ocurrido en esta feria de Frankfurt, parece estar claramente dividido entre escritores como él, y nombres populares como los de Follet y Coelho.

A las dos de la tarde del jueves los libros de Patrick Modiano, entre ellos Dora Bruder y Para que no te pierdas en el barrio, el más reciente publicado por Gallimard, una de las más literarias editoriales francesas, habían desaparecido súbitamente de los estantes. Varias representantes de la editorial los tenían apilados en sus mesas mientras se negociaban sus derechos, pues el Nobel coincide con la Feria de Frankfurt para reivindicar el papel de la literatura en medio de un mundo cada vez más comercial y despiadado. En palabras de uno de sus amigos más cercanos, además de su editor, Antoine Gallimard “es una victoria de la literatura por aquello que tiene de inestimable: la necesidad de salirse de los caminos tradicionales y de las modas pasajeras”.

Contento y silencioso con el premio, Patrick Modiano seguirá escribiendo los libros que tiene por delante pero no se expondrá mediáticamente, según le dijo a Gallimard. Ahora queda esperar su discurso cuando reciba el premio en Estocolmo y, de seguro, dé una lección de humildad a un país que como el suyo se debate entre la inestabilidad social y las erráticas decisiones de varios gobiernos que, quizá, no han podido hacerle frente a un pasado que Modiano no ha cesado de contar.

Francia, el más ganador

Este país ha recibido el premio de literatura en 15 ocasiones. Le siguen Estados Unidos y Reino Unido con 11 cada uno.
  • Patrick Modiano en 2014
  • J.M.G. Le Clézio en 2008
Gao Xingjian, nacido en China, en 2000
  • Claude Simon, nacido en Madagascar, en 1985
  • Jean-Paul Sartre en 1964
  • Saint-John Perse en 1960
  • Albert Camus, nacido en Argelia, en 1957
  • François Mauriac en 1952
  • André Gide en 1947
  • Roger Martin du Gard en 1937
  • Henri Bergson en 1927
  • Anatole France en 1921
  • Romain Rolland en 1915
  • Frédéric Mistral en 1904
  • Sully Prudhomme en 1901